La gente aspira un nivel social de progreso, dignidad, justicia, seguridad, bien común y paz, para convivir en un Estado de derecho justo
Cesáreo José Espinal Vásquez
e-mail: cjev@cantv.net
Venezuela ha estado sometida y acosada por el imperialismo desde la colonia con España, después con Gran Bretaña, luego con los Yanqui y hoy con el imperialismo chino, todo por apetencias personales y corrupción de gobiernos en nuestro país, que no ven más allá de sus narices, subyugados por el capitalismo neo-liberal y salvaje o por el socialismo marxista y tiránico.
El concepto de proletario, se afianzó a partir del manifiesto comunista de Marx y Engels en 1848, en la segunda mitad del siglo IXX y en la primera mitad del siglo XX, estableciendo que proletario, derivado el concepto de la antigua Roma, como la persona que solo es para tener hijos (prole) para la guerra, sin derecho alguno y esclavos del trabajo físico.
En la segunda mitad del siglo XX y en el siglo XXI, la relación entre burgueses explotadores y proletarios explotados ha venido cambiando por conciencia humanitaria y por leyes sociales.
El concepto de pueblo, se define como personas que bajo el ofrecimiento de políticos inescrupulosos en proporcionarle calidad de vida, son utilizados para pedirle el voto electoral pero todo sigue igual o peor a lo “gato pardo”, por ello, se hace inaceptable continuar etiquetando la frase “del pueblo, con el pueblo y para el pueblo”. La concepción actual de los seres humanos, es de ser considerado “gente” y no pueblo, porque bajo la denominación de “gente” se abren las puertas de igualdad fundado en el espíritu de superación y no por la “venta de la fuerza del trabajo físico” de proletariado, sino mediante el intelecto, instrucción y capacitación de técnicos y profesionales, por lo que el estigma de proletarios-esclavos ha remontado ese estatus social y quedado en la última escala, lo que llamó Marx, “el lumpen proletario”, que son aquellas personas, despreocupadas de su futuro y de su familia, padres y madres adolescentes, que solo prefieren vivir al día, manejados y esclavizados por políticos, llámense democráticos, social demócratas o socialistas-marxistas. Son el lumpen-proletario de zánganos y con problema psicosocial, aborrecidos por el mismo Marx, pero capitalizados en ejércitos de “tontos útiles” sin tener bienes propios ni fuentes de trabajo.
La gente aspira un nivel social de progreso, dignidad, justicia, seguridad, bien común y paz, para convivir en un Estado de derecho justo.
Los gobiernos deben quitarse las gríngolas para ver lo que pasa por sus lados, sean de cualquier sistema o doctrina política, porque el ser humano desea ser considerado “gente” y dejar de ser proletarios del siglo XXI.