La frustrada visita del expresidente Andrés Pastrana a Venezuela para reunirse en la cárcel con Leopoldo López provocó un tenso cruce de acusaciones entre ambos países después de Colombia pidiera la libertad del líder opositor.
Paradójicamente la relación entre los gobiernos de Caracas y Bogotá atravesaba un buen momento después de muchos enfrentamientos verbales que habían quedado olvidados, hasta este fin de semana.
Pastrana (quien gobernó de 1998-2002) y el expresidente chileno Sebastián Piñera intentaron entrar el domingo en la cárcel de Ramo Verde donde está internado López desde hace casi un año, pero las autoridades venezolanas lo impidieron en la puerta de la prisión.
El propio presidente Nicolás Maduro llamó «vagos» a los exmandatarios, los acusó de apoyar un golpe de Estado en su contra y de estar pagados con dinero del narcotráfico.
La Cancillería colombiana protestó por el trato recibido y exigió «dignidad» para Pastrana. Además pidió que «Leopoldo López recupere su libertad lo antes posible».
De esta forma Colombia se convirtió en el país latinoamericano que más claramente se ha posicionado en favor de la liberación del líder de Voluntad Popular.
El gobierno de Maduro respondió con dureza. Dijo que Colombia es «cómplice de un acto inamistoso» en contra de la democracia y advirtió que este tema supone «un retroceso peligroso en las relaciones bilaterales».
Caracas «repudió» la postura colombiana y defendió el encarcelamiento de López porque «ha cometido delitos graves contra los derechos humanos y llama públicamente al derrocamiento del gobierno legítimo de Venezuela» en referencia al proceso que se sigue en su contra desde hace un año.
Horas más tarde, Maduro manifestó: «No acepto que la cancillería colombiana se inmiscuya en los asuntos internos» de Venezuela y afirmó ser víctima de una conspiración orquestada por elementos de la derecha colombiana para desestabilizar su gobierno.
«No pretendo para Colombia que adopte nuestro modelo socialista o romper su dependencia del imperialismo norteamericano«, dijo Maduro en una ceremonia militar el martes. «Pero tampoco, lo he dicho, nadie puede pretender que Venezuela acepte una especie de gobierno tutelado desde el exterior y le digan a quien puede tener en las cárceles y a quien no».
Maduro y su par colombiano Juan Manuel Santos tendrán la oportunidad de discutir a fondo sus diferencias este miércoles cuando ambos acudan a una cumbre de líderes de América Latina y el Caribe en Costa Rica.
«No al intervencionismo, lo tengo que decir y espero decírselo personalmente al presidente Santos en Costa Rica y (además) seguir ratificando la necesidad de no dejar que gente como el tal Pastrana y el tal Uribe sigan metiéndole palo a la carreta y descarrilen las relaciones que tanto esfuerzo nos cuestan, de diálogo, de respeto».
Para el analista Vicente Torrijos, profesor de la bogotana Universidad del Rosario, el comunicado de la Cancillería colombiana conlleva un mensaje: como «la situación en Venezuela es insostenible…, el gobierno colombiano considera que es mejor ir tomando distancia antes de que la situación (en Caracas) empeore».
Para el protagonista del incidente, Andrés Pastrana, las relaciones entre Bogotá y Caracas cambian «totalmente» después de que el gobierno colombiano pidiera por primera vez la liberación del líder opositor venezolano. «Lo importante del comunicado (del Ministerio de Exteriores) no es salir a hablar de Andrés Pastrana… Lo importante para mí del comunicado es que por primera vez el gobierno de Colombia… pide la libertad de Leopoldo López», indicó Pastrana en entrevista telefónica con The Associated Press.