Los países en su proceso de crecimiento transitan por etapas de acomodo y reacomodo en lo social, político y económico. Venezuela no ha sido la excepción, hemos presenciado evoluciones e involuciones en los distintos sistemas sociales, hoy nos referiremos a la descentralización para llegar al tema de las elecciones. El proceso de descentralización representó un salto adelante, independientemente de las imperfecciones y vicios que pudo haber heredado del sistema centralista, nadie puede negar que gobernadores, alcaldes y concejales al ser elegidos directamente, tienen un compromiso mayor con los electores y además poseen una relativa autonomía frente a sus organizaciones políticas postulantes.
La descentralización se ha resquebrajado, hoy pareciera tener más fuerza el dedo mágico que dibujaba y recreaba el mapa político venezolano desde los centros de poder. Este debilitamiento de la descentralización se inició con los gobiernos previos a los tres últimos lustros, elevándose a la enésima potencia en el período del llamado gobierno revolucionario. Para rescatar los espacios cedidos debemos comenzar por escoger de forma abierta, clara y transparente a los que nos van a representar en las instancias públicas, allí quiero colocar la lupa ya que estamos a las puertas de la escogencia de nuestros representantes en la próxima AN.
Albert Einstein decía que para tratar de llegar a una conclusión o resolver algo debemos dedicar el noventa y nuevo por ciento del tiempo a hacernos preguntas y el uno por ciento restante, a responderlas. Siguiendo este método podemos preguntarnos: ¿Por qué tendría que renunciar al derecho de escoger en primera instancia a los aspirantes a representarme en los distintos cargos públicos? ¿Por qué si puedo votar para elegir en forma definitiva, no puedo hacerlo por los aspirantes en una elección previa? ¿Por qué debo convalidar por medio de elecciones de segundo grado a quien fue designado a dedo por una o varias organizaciones políticas? Creo que el uno por ciento de nuestro tiempo es insuficiente para abordar tan importante tema, por tanto me gustaría solicitar el apoyo de mis lectores para entre todos encontrar las respuestas.
No soy tan iluso para creer que las elecciones primarias sean un mecanismo perfecto, pero utilizando una analogía con Sir Winston Churchill podemos decir que las primarias son el peor método de elección, con excepción de todos los demás. Siempre será preferible que la decisión sea tomada por la mayoría de los venezolanos, a que provenga de un grupito que actúa en línea directa con sus intereses.
Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
Noel Álvarez
Twitter: @alvareznv30