De visita en nuestro país, los ex Presidentes Sebastián Piñera (Chile), Andrés Pastrana (Colombia) y Felipe Calderón (México), conocieron en carne propia los embates del régimen de Maduro, al ser víctimas de insultos y desmanes por parte del primer mandatario nacional, que bien como manifestó Pastrana, desconoce la historia de los países Latinoamericanos.
También pudieron apreciar las largas colas que se forman en las puertas de los mercados con la esperanza de conseguir alimentos y artículos de aseo personal; así como el desplante al querer visitar a los dirigentes políticos Leopoldo López, Daniel Ceballos y Salvatore Lucchese y no haberles permitido el ingreso a la cárcel de Ramo Verde un día de visita para los privados de libertad.
Es lamentable, como los voceros del gobierno no dejan de sorprendernos con tanto cinismo. En un país democrático no tendría nada de anormal y/o extraordinario la visita de cualquier ex mandatario, lo que pasa es que lógicamente el régimen se pone a temblar, ya que es imposible engañar a alguien en cuerpo presente.
No podemos olvidarnos de los otros casos -y debemos de actuar con la misma fuerza y determinación- donde ha habido una flagrante violación de los derechos humanos; tal es el caso del estudiante Christian Holdack, detenido injustamente en las celdas de Polichacao, el ciudadano Miguel Ángel Nieto, un sexagenario muy enfermo y en su caso hemos visto a su señora madre, implorarle al gobierno por la libertad de su hijo, así como los detenidos en las tumbas del Sebin: Gerardo Resplandor, Renzo Prieto y Rosmit Mantilla, que son parte de esos valientes líderes estudiantiles; estos últimos, por cierto, escribieron una carta a los ex mandatarios pidiendo apoyo y que no se olviden de los infortunios a que son sometido muchos venezolanos.
Es importante destacar que Piñera, Pastrana y Calderon dejaron bien claro en todas sus declaraciones, que ellos no vinieron a inmiscuirse en problemas internos de Venezuela, pero si se pudieron percatar de cómo se violan todas las normas que debieran regir una verdadera democracia.
Por otro lado no puedo dejar de mencionar la visita hecha por Nicolás a Arabia Saudita, con la supuesta excusa de acudir al funeral del Rey Abdalá. Ojalá asistiera a los velatorios de las víctimas del hampa en Venezuela para que se percate de la impotencia de los familiares al ver como pierden a sus hijos, padres, esposos y hermanos por tanta violencia desenfrenada en nuestras calles, a ver si de una vez por toda asume su rol como mandatario nacional y le pone coto a este flagelo.
Pero pareciera que nada de esto le afecta al presidente viajero, quien en este primer mes del año 2015 ha estado afuera de Venezuela tres semanas; justo cuando el país atraviesa una de sus peores crisis a nivel económico, social y político ¿Será que se siente con el agua al cuello y está buscando asilo político a ver quién lo acepta? Lo cierto es que este año arrancó con muy mal pie, las colas, el desabastecimiento, la inseguridad, la inflación se siente en todas las calles del país, el malestar general del pueblo se escucha en cada esquina y los venezolanos seguimos a la espera de anuncios “mágicos” por parte del gobierno para mejorar la situación económica de un país que se acerca “al borde del despeñadero”, como señaló en una misiva el Premio Nobel de la Paz y dos veces Presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
La verdad es que los tres ex Presidentes le propinaron un nocaut al gobierno. El régimen en su desespero está haciendo que día a día se hundan cada vez más, quedando al descubierto con el manejo que le dieron al asunto de los ex mandatarios. Desde esta tribuna hago un llamado a todos los Presidentes democráticos a que sigan este digno ejemplo.
Omar Ávila / e-mail: @omaravila2010