Protestas en Buenos Aires y ante varias sedes diplomáticas argentinas alrededor del mundo, aumentan la tensión en Argentina, tras la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, quien habría señalado a la actual presidente Cristina Fernández por encubrimiento en un trágico atentado en 1994, que costó la vida a unas ocho decenas de personas.
La trágica situación ha servido de aglutinante a diversos sectores descontentos y ha abierto un debate público en el cual la oposición se está haciendo sentir, ante contradicciones del Ejecutivo nacional frente al delicado caso. La exigencia de transparencia a los administradores del poder en el país sureño se emparenta con un crecimiento de la conciencia ciudadana en diversas latitudes.