Los homicidios llegaron en el 2014 a 26 mil. A la policía tampoco eso le llama la atención. Las bandas actúan a placer. Matan aquí, matan allá. No les pasa nada, pero sí tienen a políticos presos. A Daniel Ceballos, a Leopoldo López. Ahora tienen a Antonio Ledezma. Dicen, o dejaron correr ellos mismos, que encerrarán a Julio Borges y a María Corina Machado, como si con eso el pueblo va a dejar de quejarse y a decir que este gobierno es una maravilla
Antonio Ledezma ha sido detenido por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, conocido por sus siglas, SEBIN. Ese organismo, dedicado a perseguir y detener políticos, estudiantes y activistas que protestan contra la inseguridad y el alto costo de la vida, es la policía más ocupada del país.
Venezuela: territorio de drogas
Las otras policías ni se sienten. El tráfico de drogas ha aumentado en proporciones enormes. Venezuela es territorio de drogas. Pero ese asunto las policías no lo tocan ni con el pétalo de una rosa. Los jueces menos. Lo que no sabemos si es porque le tienen miedo a esas mafias o es que están metidos en la pomada.
Crímenes: impunidad total
Los homicidios llegaron a 25.000 el año 2013 y el 2014 a 26.000. A la policía tampoco eso le llama la atención. Las bandas actúan a placer. Matan aquí, matan allá. No les pasa nada. Padres y madres van una y otra vez a la Fiscalía, hacen diligencias ante el CICPC, para saber si los asesinos de sus hijos fueron capturados y nada, la impunidad es total.
Saquearon al país
El tesoro público es saqueado. Multimillonarios de la farándula pesuvista se dan vida de jeques en el exterior. Una nueva clase de billonarios se pavonea por restaurantes y centros comerciales de acá, cuando les queda un tiempito después de sus andanzas por Europa y por el Norte. El adorno público más costoso son esas oficinas llamadas contralorías. Si se eliminan no pasa nada.
Guerrilleros a sus anchas
La soberanía nacional es pisoteada por la guerrilla colombiana que hace de las suyas en varios estados. Secuestran. Imponen pago de vacunas. Compran fincas a nombre de quienes les da la gana y construyen su propio aliviadero. Se pasean libremente por las calles. Bueno, hasta han tenido vara alta en Miraflores donde han almorzado tranquilamente con los jefes de turno.
Esos guerrilleros son acusados de crímenes horrendos en su país, pero aquí son héroes, panas de la clase gobernante y las policías y el ejército ni voltean a verlos.
Hay que preguntarle a gandoleros y camioneros que transitan por las carreteras venezolanas desde cuándo no los matraquean en las alcabalas. Pero eso tampoco le importa a policías, fiscales, diputados y jueces.
Disentir sí es delito
Lo que sí los tiene muy ocupados es que haya políticos que denuncian la corrupción, que reclaman el abandono de los hospitales, que protestan por la inseguridad que ha decretado toque de queda en todo el territorio nacional. Políticos que gritan a voz en cuello que Maduro regala el petróleo venezolano a los cubanos, quienes lo revenden mientras aquí no hay para importar medicinas y repuestos para las maquinarias agrícolas.
Lo que si consideran un delito es que en manifestaciones públicas, a la luz del día, y por declaraciones de prensa, esos políticos claman por un cambio de gobierno porque el que tenemos es malo. Y plantean que sea lo más rápido posible porque la familia venezolana no soporta esta calamidad hasta 2019.
Por eso se habla públicamente de la renuncia de Maduro, de convocar un revocatorio o una Asamblea Nacional Constituyente. Ese debate no es gratuito. Es consecuencia de la desesperación de un pueblo que ve marcharse a centenares de miles de sus hijos porque aquí no tienen futuro. Ese debate es la respuesta cívica a la opresión y al desgobierno.
Pero ese debate no le gusta a los del pensamiento único. “Aquel a quien no le guste el gobierno, que se vaya”, así gritaban con furia activistas chavistas hace unos años. Hoy no deben estar tan furibundos porque su gobierno a quien proteste lo persigue y lo encarcelan.
Los verdugos seguirán
ordenando persecuciones
Tienen a unos cuantos estudiantes tras las rejas y en los sótanos esos que llaman tumbas, donde no llega luz solar, donde no ven a nadie, ni saben si es de día o de noche. Torturas atrasadas las de los guardias nacionales que le caen a cascazos a las mujeres o les meten fusiles por el ano a los muchachos. Esta de las tumbas son torturas refinadas, ya puestas a prueba en Cuba.
También tienen a políticos presos. A Daniel Ceballos, a Leopoldo López. Ahora tienen a Antonio Ledezma. Dicen, o dejaron correr ellos mismos, que encerrarán a Julio Borges y a María Corina Machado, como si con eso el pueblo va a dejar de quejarse y a decir que este gobierno es una maravilla.
A Ledezma, hombre honorable y luchador de toda una vida, no lo callarán ni lo apaciguarán con agresiones, torturas y bajezas. Sólo muestran su verdadero rostro de esbirros. Suman una razón más para que el pueblo los repudie.
Los verdugos seguirán ordenando persecuciones, cárceles y torturas. Las policías mirarán para otro lado cuando pasen traficantes de drogas, corruptos, asesinos, y guerrilleros que han enlutado sus pueblos y saqueado a nuestros productores, pero pondrán tras las rejas a todo quien diga que Maduro no sirve, que este gobierno empobrece a Venezuela y que hay que luchar para cambiarlo.
Creen que con la indignación que estos escándalos generan el pueblo se va a encerrar en su propia rabia y le tirará la puerta en la cara a quienes busquen votos para cambiar la Asamblea Nacional muda y títere que ha permitido la destrucción de Venezuela. Nos encargaremos de que eso no ocurra, que la gente entienda que ese es el propósito de todos estos atropellos.
La voz de Claudio
Claudio Fermín