Quisiéramos saber qué van a hacer con esos 12.592 millones de dólares que entrarán al fisco producto de dejar de financiar la gasolina al pueblo venezolano, así como también nos gustaría saber sí dejaran de enviarle petróleo barato a Petrocaribe.
Después de semanas de incertidumbre y sometidos a toda clase de angustias, entre otras cosas como consecuencia de las interminables colas para poder adquirir los productos de primera necesidad, ahora los venezolanos nos toca enfrentarnos a la cruda realidad, presenciando la devaluación más grande de la historia de nuestro país. Es precisamente allí, donde vemos el verdadero golpe; ese que de manera descarada y sin compasión, producto de sus malas políticas, de su fracasado modelo y de la corrupción, le acaba de propinar este régimen a nuestro pueblo.
Si algo de vida le quedaba al mal llamado “bolívar fuerte”, con esta nueva medida cambiaria, el gobierno lo terminó de enterrar. Es tan así, que hoy en día nuestra moneda vale más por su peso, que por su propio valor.
Vivimos en un Estado que no practica lo que pregona y la triste realidad es que no le importa ese “soberano”, la mejor prueba de ello es que al gobierno no le alcanzan los dólares para comida y medicinas, pero sí para pagar puntualmente sus compromisos de deuda con Wall Street.
Y es que con esa misma irresponsabilidad con que manejan la economía, también montan ollas y mentiras para desacreditar y encarcelar a líderes de la oposición, así como seguir pretendiendo tapar su incapacidad, su ineptitud, su ineficiencia para resolver los problemas que nos aquejan a los venezolanos, pero que de la misma manera se contradicen en su actuar, porque son precisamente los que ahora salen condenando el “supuesto” frustrado golpe de estado, los que hace pocas semanas celebraban la asonada militar del 4F del año 1992; revuelta que por cierto se basó, entre otras cosas, por el aumento de la gasolina planteado en aquel momento; incremento que hoy en día tenemos nuevamente en puerta, en el tapete, en el que el gobierno ha apostado una gran inversión publicitaria tratando de explicar dicho aumento. El cual llega en el momento menos oportuno, cuando el país se debate en una de sus peores crisis, en el que el pueblo venezolano está consciente del despilfarro desmedido y sin control del cual hemos sido objeto por parte de este gobierno irresponsable que despilfarró 1.2 billones de dólares en los últimos 16 años.
Quisiéramos saber qué van a hacer con esos 12.592 millones de dólares que entrarán al fisco producto de dejar de financiar la gasolina al pueblo venezolano, así como también nos gustaría saber sí dejaran de enviarle petróleo barato a Petrocaribe.
Ahora lo cierto es que no sólo tenemos la inflación más alta del mundo en este momento, sino que hay cifras que son aún mucho más alarmantes; como por ejemplo en lo que a alimentos se refiere ya llega al 110% y que en el mes de enero la inflación cerró en 10%, y esto sin el aumento de la gasolina y sin la entrada en vigencia del nuevo precio del pasaje de transporte público, que de todo ese “plan de ajustes” que está aplicando el gobierno, este último -sin lugar a dudas- va a ser el de mayor impacto.
Para finalizar quiero hace algunas consideraciones en lo que al BCV se refiere y es que se debe parar la producción de dinero inorgánico y devolverle la autonomía al mismo, ya que no se puede gastar más de lo que se tiene, porque cada billete sin respaldo que se imprime le roba una parte del valor al sueldo de los venezolanos. Igualmente quiero aclarar que la inflación no surge porque unos comerciantes suban sus precios, surge porque el BCV imprime demasiados billetes. Lo otro es que el control de precios y la inflación liquidan la capacidad de producción.
Omar Ávila