En una editorial, el diario español El Mundo —de centro-derecha— indicó que el discurso de Podemos es un «canto de sirena» populista, «furibundo y demagógico».
Si hoy hubiera elecciones en España, según un estudio de estimación de voto presentado el 4 de febrero por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dependiente del gobierno, Podemos desbancaría al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para ubicarse en el segundo sitio, con 23,9% de los votos, frente a 22,2% de los socialistas.
El Partido Popular de Mariano Rajoy seguiría primero, con 27,3%.
Las cifras presentadas, y una manifestación previa de Podemos en Madrid, avivaron la interrogante de hasta dónde puede llegar esta fuerza política de izquierda, que conecta con los inconformes.
«Hay muchísima gente que está de acuerdo con un cambio. Ya está bien de que roben, de que los corruptos se lo estén llevando todo y no podamos hacer nada», dijo Dori Sánchez, profesora de 23 años y desempleada, al acudir a la «marcha del cambio» el 31 de enero.
El origen: la inconformidad
En 2011, con el antecedente de la primavera árabe y desesperados por no encontrar trabajo, ciudadanos españoles (la mayoría jóvenes) organizaron manifestaciones en redes sociales.
El movimiento 15-M (15 de mayo, fecha de protesta) creció al ritmo de hashtagscomo #AcampadaSol. A los manifestantes se les llamó «indignados». Y la victoria de Rajoy en ese año no apagó las protestas.
La chispa de inconformidad siguió encendida. Y con el paso de los meses, ciudadanos decidieron convertir el hartazgo callejero en un partido político (obtuvo su registro el 11 de marzo de 2014), contra «el poder financiero».
Se dice que Podemos es «heredero de los indignados», aunque para Aitor Riveiro, reportero de política de eldiario.es —un portal de noticias especializado en política y economía de tendencia progresista— no es así de simple.
«Sin ese sentimiento, y sin aquella explosión que fue el 15 de mayo de 2011, quizá nunca hubiera existido Podemos, pero no es que toda la gente que en mayo de 2011 salió a la calle ahora sea votante o simpatizante de Podemos, no es una traslación exacta», dijo en entrevista telefónica.
«Sin lo uno no hubiera nacido lo otro. Pero no es que mucha de la gente del 15-M dijera ‘ahora vamos a fundar un partido’. Obviamente hay gente que viene del 15-M, en Podemos, pero hay muchísima gente que fue destacada durante el 15-M y que no ha terminado en Podemos».
Podemos explica que su programa es resultado de debates y aportaciones en línea, un proceso de participación ciudadana llamada Círculos Podemos, y un «referéndum online«.
Tiene como base tres tópicos: más democracia, con gobernantes que «deben servir al pueblo y no servirse de él», además de un plan general anticorrupción.
Más derechos, con trabajo digno, sanidad universal, educación, vivienda, pensiones, respeto al medioambiente.
Y «más economía al servicio de la gente», reduciendo la desigualdad al adoptar medidas como las de Suiza, para establecer un salario máximo.
Su líder
El secretario general de Podemos es Pablo Iglesias (36 años), doctor en Ciencia Política y licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, de la que es profesor honorífico. Resultó electo eurodiputado en 2014, postulado por Podemos.
Con cabello largo sujetado en una coleta, y pinta de músico grunge, se ha convertido en una figura carismática. Tiene 819.000 seguidores en Twitter, mientras que Rajoy llega a los 700.000.
Pero también ha sido blanco de críticas, como la de que quiere implementar en España el modelo bolivariano de Venezuela, algo que rechaza, aunque reconociendo admiración por Hugo Chávez.
El siguiente video fue publicado en marzo de 2013, en el canal de YouTube de La Tuerka, programa donde Iglesias era comentarista. En él se le escucha hablar sobre la muerte de Chávez, «el invencible».
En distintos frentes, también se ha acusado a Podemos de recibir financiamiento de Venezuela, algo que han rechazado sus dirigentes.
Interrogantes
Los críticos de Podemos dicen que no tiene propuestas concretas.
En su momento, se reprochó a los indignados su falta de iniciativas, aunque «es cierto que era una crítica injusta, puesto que solo se trataba de un movimiento ciudadano de protesta. Pero Podemos aspira a gobernar nuestro país y muestra la misma carencia», consideró el profesor de sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Ignacio Urquizu, en una columna en El País.
En la opinión de Riveiro, «sus propuestas son novedosas. Son distintas. O son más agresivas. Sus propuestas no son las que defienden los partidos mayoritarios. En este sentido, pueden ser cantos de sirenas si quien lo dice o lo escribe cree que son imposibles de hacer», dijo.
El peridista dijo que al iniciar una campaña como tal, Podemos definiría su plan de gobierno con más precisión.
«Ahora mismo ofrecen la misma concreción que muchos otros partidos. No ofrecen ni más ni menos. Ninguno tiene un programa electoral, por ejemplo, para las elecciones de mayo todavía», dijo el periodista.
En mayo España tiene elecciones regionales y municipales, y legislativas en noviembre. Además, Andalucía y Cataluña, las dos regiones más pobladas del país, celebrarán comicios en marzo y septiembre. Será entonces cuando la fuerza real de Podemos estará a prueba.
Lo que es un hecho es que la victoria de Syriza en Grecia resultó alentadora, como un ejemplo de que «el viento de cambio empieza a soplar en Europa», señaló Riveiro.
¿Mensajes de miedo?
«No podemos jugarnos nuestro futuro y el de nuestros hijos a la ruleta rusa de la frivolidad, la incompetencia o el populismo», advirtió el 25 de enero Mariano Rajoy, respecto a Podemos.
Rajoy insistió en que España comenzó la recuperación económica —aunque persiste un desempleo masivo que alcanza a un 23.7% de la población activa—, y que el país no podía dar un «salto en el vacío» en próximas elecciones.
Existe en España una «tentación» de otros partidos de mandar mensajes de miedo, del miedo a lo desconocido, porque hasta ahora Podemos no ha gobernado, opinó Riveiro, de eldiario.es.