Siendo un pueblo amigable, Venezuela es reconocida en el mundo por su hermandad y gente servicial, pero su sociedad no sabe que se presentan a diario casos muy parecidos a una “especie de terrorismo”
Gabriela Buada Blondell
En estos días hablar de terrorismo resulta muy fácil. Cada vez, se hace es más frecuente escuchar expresiones como: Ese es terrorista, cola terrorista, es una acción terrorista, eres una terrorista, ese país es terrorista.
Sin embargo, pocos manejan un concepto simple que explique por sí solo que el terrorismo es el uso de violencia o amenaza de violencia por parte de individuos o grupos contra otros sectores de una sociedad, a los efectos de coaccionar a gobiernos o entidades a responder a demandas de orden político, social o religioso.
El terrorismo es una forma de violencia que lamentablemente se ha vivido en muchas naciones y que la mayoría de estas se enfrentaron contra grupos terroristas, para finalmente amenazar a su propia población civil. También el terrorismo incluye a las dictaduras.
2014 cerró con terror y
2015 estrenó con atentado
El caso del atentado a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París es repudiado por el mundo entero, sobre todo porque no hay justificación en convertir al periodista en un objetivo militar. Es inevitable también hacer referencia de las personas que murieron decapitadas por el Estado Islámico a finales de 2014. El mundo vive los actos terroristas más detestables en los últimos tiempos.
Al reflexionar sobre lo ocurrido en París, tampoco podemos valernos ni dar por acertado que el solo hecho de censurar ataques como el de Charlie Hebdo corresponda a estar de acuerdo, o apoyar una revista que solo muestra intolerancia y racismo. Eso también podría ser terrorismo. Y es que señalar de terrorista a alguien es muy fácil, pero repudiar actos terroristas es un deber de todas y todos.
¿Venezuela es un pedazo
del mundo que está
libre de terrorismo?
Vale la pena reflexionar por algunos momentos el caso de Venezuela, que siendo un pueblo amigable, reconocido en el mundo por su hermandad y gente servicial, su sociedad no sabe que se presentan a diario casos muy parecidos a una “especie de terrorismo”.
En tan solo treinta días, casi cien personas han muerto a manos a manos del hampa, quienes creen tener la fuerza porque portan un arma. Los secuestros en cualquier zona del país ya son comunes. Miles de enfermos y necesitados se ven en los hospitales siendo atendidos en pésimas condiciones. Muchas y muchos caminan en las calles desprotegidos a la luz de la sombra, sin tener siquiera, al menos una de las tres comidas. El terror llega para ellas y ellos sin escuchar un solo explosivo.
El tema sensible de los últimos días y que vale la pena tocar para generar conciencia, es el de las largas colas que se ven por todo el país para comprar los principales productos de la cesta básica. Que si bien, un sector de la sociedad culpa al otro, es evidente que existe un problema y parece que es más fácil tirar la pelota en vez de reconocer que hay que tomar medidas para lograr satisfacer una de las necesidades básicas de los seres humanos como lo es “comer”.
También entran en esa “especie de terrorismo” las largas colas, y la humillación de que marquen tu cuerpo para asignarte un lugar y así “establecer el orden”. ¿Es que acaso no sabemos cómo ordenar una simple fila, para que no se genere un caos debemos esperar nuestro turno? Hay que poner mucha atención a nuestra sociedad, mirar cómo actuamos y hasta dónde somos capaces de permitir someternos para ejercer un derecho.
El o la que especula, quienes extorsionan, militares que abusan de su fuerza y arremeten contra la gente que se queja, contra las y los periodistas que documentan un problema que tiene que informar, porque simplemente es su deber; la invasión de imágenes, cadenas vía telefónicas que te ponen los pelos de punta y que para muchas y muchos pueden causar terror. Entonces reconozcamos primero y tomemos medidas y digamos no, a esa “especie de terrorismo” que estamos viviendo.
Finalmente referimos esta “especie de terrorismo”, ya que las actividades terroristas son tan complejas y múltiples que en estos días es difícil para los organismos internacionales clasificar al terrorismo a partir de características específicas que existan en todos los casos.
En forma más o menos definida, se reconoce que, en la actualidad, numerosos grupos terroristas persiguen, además de metas políticas o religiosas, un fin de índole financiero. Así, se han identificado vínculos entre diversas actividades económicas ilegales (narcotráfico, comercio de armas, lavado de dinero, tráfico de personas) y diversas agrupaciones terroristas.
Algunas de las prácticas
terroristas más frecuentes son:
– Los secuestros, torturas y atentados a pequeña o gran escala y de forma más o menos sistemática con el propósito de amedrentar o amenazar a un Estado en cuestión.
– Los grupos terroristas se valen de diversas armas desde bombas de confección casera, como las molotov, hasta armas biológicas o químicas de destrucción masiva.
Los grupos terroristas
más conocidos
IRA en Irlanda
ETA en España
FARC en Colombia
Al Qaeda en Afganistán, Irak, Pakistán y Arabia Saudita.
Diversas organizaciones actuaron durante las décadas de 1960 y 1970 en distintas naciones de América Latina; algunas de esas entidades han desaparecido y otras han abandonado las armas para incorporarse a la actividad política.
La reparación
En este sentido nos referimos al desagravio, la satisfacción de una ofensa o de un perjuicio recibido oportunamente. La reparación siempre debe estar tomada de la mano con la verdad y la justicia y tiene que ser una de las condiciones centrales que se busca lograr en cualquier proceso de justicia; porque la reparación es un derecho que tienen y que deberían, en caso de no recibirlo, exigir todas aquellas víctimas o familiares de víctimas de cualquier crimen o delito.
Esperemos tomar conciencia y saber en qué momento nos encontramos ante actos que deben ser repudiados de manera enfática por nuestros principios y con gran voluntad, ya que el solo sentir un momento de terror puede ser una clave para identificar que nuestros derechos serán vulnerados. Conciencia y voluntad son las mejores decisiones contra el terror
La voz de los Derechos Humanos
Red de Apoyo por la Justicia y la Paz