¿Cuál es la razón para que semejante afirmación no haya sido desmentida por el presidente Maduro y sus colaboradores? ¿Es qué en el fondo el gobierno venezolano acepta lo dicho por Mujica como verdad? ¿Hay interés que militares de “izquierda” tumben a Maduro?
Aunque el presidente Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y sus quitamotas lo nieguen, el país ha entrado en una fase de ingobernabilidad. La inflación no se detiene (y aún no se “ajusta” el precio de la gasolina), el creado Sistema Marginal de Divisas (Simadi), si algo logró ha sido apuntalar el valor del dólar paralelo sobre las dos centenas, la escasez se encuentra en niveles alarmantes, es especial de medicamentos, todo ello envuelto en un escenario de máxima conflictividad social que sigue generando situaciones de indignación colectiva como el asesinato de un niño de 14 años en San Cristóbal (mi Táchira natal) por parte de un funcionario policial, aunado con la acción en detener al alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma (con quien mantenemos profundas diferencias) cuyas consecuencias ha generado reacciones en el contexto internacional, la mayoría de ellas expresando preocupación por la situación política interna, incluyendo la del presidente saliente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, quien incluso ha llegado a afirmar que teme un “golpe” de militares de “izquierda”, declaraciones que por cierto no recibieron la automática condena del gobierno nacional como es común cuando alguien de importancia política extranjera opina sobre Venezuela. ¿Por qué será?
Tales declaraciones de Mujica, independientemente que provenga de un presidente “amigo” del gobierno venezolano, no pueden pasar desapercibidas. ¿Cuál es la razón para que semejante afirmación no haya sido desmentida por el presidente Maduro y sus colaboradores? ¿Es qué en el fondo el gobierno venezolano acepta lo dicho por Mujica como verdad? ¿Hay interés que militares de “izquierda” tumben a Maduro?
¿Será acaso que existe un marcado propósito en que pudiera originarse un “golpe” de tales características y, el gobierno inicialmente en defensiva, venir luego en contraofensiva, como aquel 13 de abril de 2002, pero con una agenda y un plan premeditado, es decir, permitir el golpe para concluir en autogolpe, y con ello evitar unas posibles elecciones parlamentarias, o también generar la matriz de opinión que pudiera darle validez ante el país y la comunidad internacional que finalmente las “pruebas” previamente mostradas se convirtieron en realidad, y en consecuencia, terminar de barrer a sus adversarios y críticos (incluyendo sectores revolucionarios) con detenciones masivas?
Es muy grave que a estas alturas, nadie haya desmentido o reconfirmado las declaraciones de “Pepe” Mujica. ¿Qué pasaría si tal declaración hubiese sido emitida por algunos de los expresidentes que visitaron recientemente el país, o que una declaración de ese impacto hubiese venido del presidente de Colombia o Panamá, o peor, de algún funcionario de Estados Unidos? La respuesta sería tácita y creo que hasta de vuelta con el papel higiénico que no tenemos por ninguna parte.
El que la cancillería o la embajada de Venezuela en Uruguay no hayan mostrado ningún tipo cuando menos de desacuerdo sobre las palabras de Mujica, indican que estamos en una clara omisión diplomática con severas contradicciones (¿o intereses de algunos?) en promover inestabilidad política, lo cual sumado al ambiente de ingobernabilidad refuerza la tesis del golpe de Estado. Mantener afasia ante lo expresado por el ahora expresidente uruguayo genera muchas dudas sobre lo que pudiera estarse manejando en los más alto del gobierno nacional. El golpe del “tucano” ha quedado como un manso pajarito ante el golpe de militares de “izquierda”. ¿O estamos en presencia de militares de “izquierda” dispuestos a simular un “golpe” para que otros (incluyendo opositores) justifiquen un fraude constitucional, y por ende, comenzar a recapitular con la tesis del fallido “golpe” que allí estaban las causas para la ingobernabilidad y la crisis económica y social. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
Javier Antonio Vivas Santana
Aporrea.org