Helada, con amigos, en el bar o mirando un partido en la tele: beber cerveza es muchas veces un placer.
Quizás por eso hay quien se siente orgulloso de una prominente barriga «bien ganada» a base de cerveza.
¿Pero es esta popular bebida la verdadera responsable del abultamiento abdominal? ¿Qué es lo que realmente produce la famosa «barriga cervecera»?
Hígado hay uno solo
Según estudios científicos, no hay nada específico de la cerveza que produzca gordura abdominal: las calorías que engordan provienen del alcohol.
Lo que ocurre cuando bebemos generosamente es que le damos mucho trabajo extra al hígado, que debe concentrarse en quemar el alcohol, es decir, eliminar sus toxinas.
Eso significa que debe dejar pasar las de las otras cosas que puedas estar ingiriendo, como la grasa de cacahuetes, papas fritas y otros bocados que suelen acompañar la bebida, tal como explica el divulgador científico Greg Foot, de la BBC.
Pero además, un vaso grande de cerveza tiene alrededor de 150 calorías. Si sumas los que puedes tomar en una salida con amigos, ahí tienes un gran potencial para ganar peso.
Cintura
Ahora bien, ¿por qué ese peso de más tiende a concentrarse en la zona abdominal?
Después de los 35 años el metabolismo se hace más lento.
Eso está relacionado con otros dos factores, la edad y el género.
Al pasar los 35 años, el metabolismo comienza a hacerse más lento y se hace más difícil quemar todas esas calorías.
En el caso de las mujeres, los kilos de más suelen acumularse en las caderas, los muslos y el trasero.
Los hombres, en cambio, parecen llevar ese peso alrededor de la cintura. De ahí la barriga que muchos bebedores habituales de cerveza exhiben no sin cierto orgullo.
Consejo simple
Pero para todos aquellos fervientes cerveceros que buscan deshacerse de la mencionada panza, el secreto no es ningún secreto y además es simple.
O por lo menos así lo ve el experto británico en dietas Steve Miller, y así se lo explicó a la BBC:
«Mi barriga será más grande si como demasiado, bebo demasiado y no me muevo lo suficiente».
Articulo publicado en BBC