Jesús Silva R. | Aporrea.org
Un liderazgo autoritario o autogolpe presidencial es lo que según muchos venezolanos pudiera ponerle solución a los vigentes problemas de la nación como los desórdenes económicos, la corrupción, el burocratismo y la impunidad que disfrutan hoy centenares de saboteadores y conspiradores.
Ocurre que ciudadanos que nacieron en tiempos lejanos, dicen que mandatarios con talante autoritario impusieron exitosamente una severa disciplina nacional desde el gobierno para enderezar la administración y el funcionamiento de Venezuela.
Ahora que repetidamente se habla sobre la preparación de un golpe de Estado por parte de la oposición y EEUU, muchos exigen mano dura contra los jefes de la conspiración y erradicar las burlas y risas de quienes niegan que un gran crimen golpista estaría siendo diseñado contra la soberanía nacional.
En este contexto es complejo determinar el nivel de control gubernamental que debe ejercerse desde el poder nacional contra los enemigos ocultos porque se corre el riesgo de reprimir a inocentes y maltratar a los aliados.
Lo cierto es que en resumen debe aplicarse la fuerza suficiente para garantizar el orden interno como lo dicta la Carta Magna, a la vez que se recomienda tener siempre presente que frente a tentaciones dictatoriales o alucinaciones de autogolpe, la vía correcta para conducir la Patria y resolver conflictos es siempre constitucional, democrática y electoral.
Gente de a pie en ambos polos ideológicos espera que en corto plazo mediante el diálogo y los escenarios electorales se logre enrumbar a Venezuela hacia la prosperidad económica y la estabilidad política.
De allí que mencionemos siempre a la Constitución pues ella ofrece variedad de mecanismos para ejercer la autoridad democrática y enderezar el rumbo sin menoscabar libertades y derechos humanos de nadie, menos de los disidentes.
Uno de esos mecanismos es decretar Emergencia Económica a la luz del texto constitucional en sus artículos 337, 338, 339 para con ello neutralizar a quienes desde manejos perversos en la economía y un creciente mercado negro a escala nacional actualmente golpean a la nación.