Los conflictos extra cancha ponen a prueba la estabilidad de la Liga Profesional de Baloncesto
El baloncesto profesional venezolano presenta este año una de sus temporadas más competitivas. Ha aumentado el número de equipos con nivel como para aspirar a los primeros lugares y, en medio de los cambios en la manera de jugar que van imponiendo el “estilo Fiba” -liderado por países como España y Argentina-, hay menos velocidad pero más control del juego y mayor responsabilidad en el manejo de la pelota. Siempre con margen para el brillo de las individualidades más sobresalientes.
Pero, al mismo tiempo, conflictos más allá de la cancha ponen a prueba la estabilidad del espectáculo, la seriedad de su dirigencia. El más importante de ellos es la situación de Gaiteros del Zulia, que como apuntaba ayer el presidente de la Federación Venezolana de Baloncesto, Carmelo Cortez, ha sido manejado por la LPB con muy poca rigurosidad. Al mismo tiempo exige medidas urgentes y drásticas para corregirlo, con la amenaza latente de que una intervención de su organización, o de la Federación Internacional, podrían tener consecuencias más serias para la temporada.
Son de vieja data los problemas de Gaiteros -uno de los equipos con más historia en el baloncesto profesional- y se han agravado con las diferencias entre los hermanos Romero por la propiedad de la franquicia. Generalmente de los más competitivos, el elenco marabino ha presentado muy buenos jugadores importados, pero el manejo de la base criolla, de la sustentación del talento nativo, ha dejado que desear. Y, sobre todo, año a año surgen problemas con el pago a los jugadores, especialmente a los de afuera, lo que puede traducirse en severas sanciones internacionales. Si no las hubo este año fue por un acuerdo de pago –que está por vencerse- pues ya la federación había vetado la contratación de extranjeros por la deuda al técnico Néstor García.
Ahora es el norteamericano Willie McCoy quien enciende la mecha con su queja: lesionado, está fuera de acción pero también apelando a sus ahorros, todavía en Maracaibo, pues el equipo tiene vieja deuda con él. No responde al compromiso. Y hay un rosario de cuatro o cinco acreencias -aparte de García-, que llevan a varias decenas de miles de dólares lo que debe pagar Gaiteros. El jugador ha recurrido a la Liga sin recibir respuesta, pero todavía no presentaba el caso al nivel federativo.
En el curso de ayer se esperaba una reacción de la junta directiva de la LPB pues, como bien aducía Cortez, si un socio perjudica al organismo los demás deben tomar medidas. Que podrían dar al traste, si Gaiteros no pone sobre el tapete soluciones reales, con la participación del equipo que, ahogado en deudas y, como consecuencia de los problemas internos, que afectaron la preparación, no ha ganado un solo juego y lleva 11 derrotas.
Marinos denuncia “piratería”
Por otra parte, ayer el gerente de Marinos, Gianni Patiño, expresó a través del twitter su disgusto porque “un DT y asistente” han estado “calentando las orejas” a jugadores de su equipo.
Sabido es que en El Acorazado han puesto interés en trabajar su base criolla y desde hace años tienen un programa de formación de talentos, lo que le ha llevado a tener una de las mejores rotaciones, al punto de que sus siete hombres del banco reciben bastantes minutos.
Claro que, como dice Patiño, en lo comentado hay, básicamente, falta de ética. Pero para que la cosa no quede en chisme –ni pase a mayores- debería llevarla a la propia LPB, con nombres y apellidos.
Armando Naranjo
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