El riesgo de que se produzca un terremoto de magnitud 8 en la escala de Richter en California en las próximas tres décadas ha aumentado de un 4,7 a un 7 por ciento, según un estudio publicado hoy por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
La razón del incremento se explica por el consenso generalizado en torno al hecho de que los terremotos no se producen en fallas independientes, sino que pueden comenzar en una y saltar al resto, según indicó el científico del USGS Ned Field en un comunicado.
Como resultado de ello, podría darse que múltiples fallas sufran las sacudidas de forma simultánea y provoquen un terremoto de gran escala.
“Esto supone un avance significativo a la hora de representar una gama más amplia de terremotos a lo largo del complejo sistema de fallas en California”, apuntó Field.
De esta forma, la posibilidad de que en California se produzca un terremoto de magnitud 8 o superior se espera una vez cada 494 años, mientras que bajo el baremo anterior se calculaba la probabilidad de una vez cada 617 años.
El informe sostiene que los estudios anteriores asumían que los terremotos se confinaban a fallas independientes, o que fallas de gran tamaño como la de San Andrés podían temblar en segmentos independientes.
Sin embargo, los recientes movimientos telúricos ocurridos en California han demostrado que estos sismos se pueden producir simultáneamente.
El caso más cercano fue el de magnitud 7,2 que tuvo lugar en la frontera con México en 2010, cuando el temblor se extendió hacia el sur de California, de forma que puso a la región en un riesgo mayor de sufrir un futuro terremoto.
Los científicos admitieron, asimismo, que cada vez es más complicado identificar dónde comienzan y terminan las fallas.
“El inventario del número de fallas en California ha ido en aumento con los años y cada vez resulta más claro que no estamos tratando con unas pocas bien definidas, sino con un vasto sistema interconectado”, sostiene el informe.
Además, confirmaron que en EE.UU. la falla más observada por los sismólogos es la de San Andrés, situada tierra adentro, por ser “la que más posibilidades tiene -un 19 por ciento- de albergar un gran terremoto” de magnitud 6,7 o superior en los próximos 30 años.
El epicentro del seísmo se ubicaría en pleno desierto del Mojave.
El riesgo de un terremoto en la zona norte de la falla de San Andrés, cercana a la ciudad de San Francisco, es menor, según el estudio, con un 6,4 por ciento de posibilidades debido al gran seísmo que tuvo lugar en esa zona en 1906.
Los expertos recordaron que no se puede predecir la fecha ni el lugar de un gran terremoto, pero que cada vez son más certeros los estudios acerca de las posibilidades de que ocurran.
“Tenemos suerte de que la actividad sísmica en California ha sido relativamente baja durante el pasado siglo”, indicó en un comunicado Tom Jordan, director del Centro de Terremotos del sur de California.
“Pero sabemos que las fuerzas tectónicas siguen apretando los resortes de la falla de San Andrés, provocando que los grandes terremotos sean inevitables”, agregó.
Fuente: EFE / MG