Según el Superintendente de Precios Justos, Andrés Eloy Méndez, serán 23 los rubros que tendrán ventas controladas, se espera que con ello se disminuya el “bachaqueo” y las compras nerviosas
Las colas persisten en las afueras de los diferentes expendios de alimentos y productos de primera necesidad de Caracas, pese a las distintas medidas tomadas por el Ejecutivo Nacional, tales como las ventas controladas y la ocupación de varias cadenas de comercialización. La más reciente iniciativa del Gobierno para paliar el problema ha sido la instalación de sistemas biométricos, también conocidos como “captahuellas” para regular la comprar de ciertos productos a una vez por semana.
“Las captahuellas no van a servir para nada”, dijo Ana Manrique, consumidora de una reconocida cadena de supermercados. “Es mentira que eso vaya a mejorar el abastecimiento o reducir las colas”.
Distintos voceros, entre ellos el presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), Roberto León Parilli, se han pronunciado en contra de la medida, tildándola de contraproducentes, ya que la población no tendrá la misma facilidad para tener acceso a los alimentos.
“Si la intención del esquema es llevar un registro para detectar quién comete un ilícito, podría ser eficiente. Sin embargo, si limita la cuota de compra, se verían afectados los derechos contemplados en la Constitución”, dijo, refiriendo al artículo 117 de la Constitución, que establece “el derecho a elegir bienes y servicios de calidad en plena libertad”, así como el 305, referente a la soberanía alimentaría.
Por su parte, Andrés Eloy Méndez, superintendente de Precios Justos, aseguró que la instalación del sistema de captahuellas será una garantía para la disminución de las colas en supermercados del país, reseñó el medio digital Contrapunto.
«Hay gente que lamentablemente tiene que pagar el precio de estar en una cola, porque hay personas que van todos los días consecuentemente para el bachaqueo», afirmó Méndez, en una entrevista concedida al programa “Vladimir a las 1” por Globovisión, quien estimó que «pueden ser 500 mil personas, o 400 mil personas, en todo el país, con mayoría en las fronteras de Zulia y Táchira que se dedican este delito”.
Asimismo, agregó que “los productos que pasarían por límite del captahuella son 23, y tú tienes en los supermercados más de 900 ítems. Pero estos necesitan una mejor distribución para que no los bachaqueen».
Opiniones en contra
“Los captahuellas funcionarían si a cualquier supermercado que fuéramos tuvieran todos los productos, pero no es así”, dijo Nayda Fuentes, consumidora. “Si vamos a un lugar a comprar algo, pero resulta que no hay lo que se busca, ponemos la huellas y ahora tenemos que pasar hambre el resto de la semana porque ya no se puede comprar más. O está el caso de la gente mayor o que no puede hacer una cola: ¿se tienen que quedar sin comer porque no pueden hacer una cola?”
Por su parte, María Abreu, quien llevaba cerca de una hora haciendo cola en una reconocida cadena de supermercados de la capital para adquirir papel higiénico, dijo que la regulación de compra va en detrimento de su calidad de vida.
“¿Por qué alguien tiene que venir y decirme cuanto puedo o no comprar? Para eso trabajo: para no tener que rendirle cuentas a nadie sobre cómo gasto mis reales”, dijo. “Con esto de los captahuellas nos reducen a todos a bachaqueros”.
“Esto es peor que la boleta de racionamiento que hay en Cuba, al menos allá vas a comprar y consigues lo que necesitas, pero acá no es así: no solo te quieren limitar lo que compras, sino que tienes que pasear por varios establecimientos para poder conseguir todos los productos”, dijo María Vivas, habitante de Caracas.
«Los controles son
contraproducentes»
“Lo de comprar un día dependiendo de tú número de cédula tampoco funciona: a mí me toca comprar los lunes, pero esos días no llegan los productos que estoy buscando, pero sí aparecen los martes y miércoles; entonces me toca quedarme sin nada porque no es mí día para comprar”, denunció Ana Manrique.
Ineficiencia
“Donde pone el Gobierno la mano, se seca; solo hay que ver cómo se arruinaron el montón de empresas expropiadas. Empresas que se sacaron de abajo poco a poco, para que ahora vengan se las quiten a sus dueños y pongan a un burócrata para que las administre, cómo si supieran hacerlo”, expresó la ciudadana María Abreu.
Luís Guillermo Valera
lvalera@diariolavoz.net