Excelentísimo embajador Roy Chaderton, reciba antes que nada un cordial saludo. Si, cordial, no es sarcasmo, lo que pasa es que cordialidad es cosa de inteligentes y yo debo hacer el mayor de los esfuerzos en mostrarme como tal frente a una persona tan refinada, de tanto mundo y de tan elevado nivel intelectual. Imagine la vergüenza que me daría si por saltarme el protocolo y la etiqueta usted se siente ofendido, yo lo menos que quiero es generar impases ¿Así es que se dice “camorra” en el mundo diplomático? Fíjese el detalle, hasta hice la tarea de buscar algunas palabras que solo usted conoce.
Me tomo el atrevimiento de hurgar en mi limitado español, usted sabe, cosas que eruditos no entenderán jamás, para escribirle unas líneas por algo que me ha inquietado estos días. Hablo de sus desdichadas declaraciones sobre el comportamiento de una bala en una cabeza “escuálida”. Lo primero que debo decir al respecto es que no dudo que usted se haya informado bien antes de opinar, digo, material para hacerlo tenía de sobra, pues pasan de la decena los manifestantes opositores que han sido asesinados con tiros en la cabeza.
No lo cuestionaré desde el punto de vista científico, sino desde el plano humano. Cuesta creer que alguien que viene de una larga militancia en la corriente socialcristiana hable de la vida de esa forma, no creo que eso lo haya aprendido en COPEI, donde usted era uno de los más acérrimos conservadores. Quizás por eso se ve en la obligación de demostrar hoy que es uno de los más fervientes radicales del madurismo. Porque detrás de su conciencia, siempre la perseguirá duda. No lo culpo, es fácil llegar a su edad hoy en día, lo difícil es mantenerse coherente toda la vida.
Su excelencia Chaderton, leí una entrevista donde confiesa que su familia está “horrorizada” frente a los ataques hacia su honorabilidad luego de las declaraciones que dio en VTV. Yo lo invitaría a que se imagine cómo deben sentirse las familias de los venezolanos asesinados, que no pienso etiquetar entre opositores y chavistas porque las víctimas son víctimas y punto. Deben estar más que horrorizados.
Hay quienes tienen la cabeza vacía y hay quienes llenan ese vacío con odio y resentimiento. Usted ha dicho con orgullo que no se retracta, que fue descontextualizado. Uno no espera más de alguien que habla en esos términos, sus palabras están allí y cualquiera puede juzgar lo que dijo. Yo le aseguro serán caso de estudio durante muchos años.
Señor embajador siga dando lecciones de “humor negro”, como usted lo llama, con la elegancia y presencia que lo caracteriza. Pero antes quiero hacerle una invitación dada la línea de investigación en balística y cráneos que ha asumido, descubra cómo suenan las cabezas de quienes caen asesinados por la inseguridad en Venezuela, cómo se escucha el dolor de una madre que pierde a su hijo, cómo se vive con miedo a que te maten en cualquier momento. Sé que viviendo en EE. UU. es un poco complejo, pero sería extraordinario contar con nuevos aportes de su parte.
Brian Fincheltub
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