*** Esta fecha debe celebrarse con el reconocimiento oficial de las actuales autoridades culturales de nuestro país, para que la Sala Ríos Reyna del Complejo Cultural Teresa Carreño, se convierta oficialmente en la Sede Permanente de La Orquesta Sinfónica Venezuela
El 15 de enero de 1930, un grupo de 26 ilustres músicos se reunieron en la Escuela de Música y Declamación de la Academia de Bellas Artes de Caracas (hoy Escuela Superior de Música José Ángel Lamas), por convocatoria del maestro Vicente Emilio Sojo, reconocido pedagogo y factor aglutinante de la incipiente agrupación, para establecer los cimientos de la que habría que ser la institución más firme creada en toda la historia musical de Venezuela.
Ofreció su primera presentación pública el 24 de junio de ese mismo año en Teatro Nacional, de Caracas, un hecho histórico que marcó la tradición y la calidad de las orquestas sinfónicas en Venezuela y que nunca ha sido alcanzado y mucho menos superado por orquestas en nuestro país.
En la década de los sesenta y principios de los setenta, Pedro Antonio Ríos Reyna, entonces presidente de la Sociedad, hizo gestiones para conseguir un teatro propio y que sirviera de sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela con el fin de que realizara, sin contratiempos, sus ensayos y conciertos regulares, y para que a la vez se convirtiera en su sede principal.
Es importante recordar que desde el año 1981, la Sinfónica Venezuela ya era reconocida como «Patrimonio Artístico de la Nación», pero estando el maestro Pedro Antonio Ríos Reyna, en las diligencias de poder lograr su meta, que era obtener su propia sede, lo sorprende la muerte. No obstante, la Orquesta Sinfónica de Venezuela es la que inaugura, la que por derecho debe ser su sede permanente, la Sala Ríos-Reyna, ubicada en el Complejo Cultural Teresa Carreño, el más importante de Venezuela y uno de los más significativos de América Latina.
Lamentablemente -y por razones mezquinas y bastardas-, nunca se hizo oficial el reconocimiento de ser nombrada la Sala Ríos Reyna como su sede oficial.
Lucha justa y merecida
En los últimos años se ha batallado, en forma constante y sincera, para que las juntas directivas que han regido los destinos de tan importante complejo cultural, se le conceda, con justo derecho y de forma oficial, la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, como sede permanente para la Sinfónica Venezuela. Este hecho dejaría para la posteridad la gran fusión que hoy viven las directivas del Complejo Cultural Teresa Carreño y de la de la Sinfónica Venezuela, para así dejar una huella permanente para la historia cultural del país, debido a un gran trabajo mancomunado que vienen desarrollado (a pesar de su corto tiempo en sus funciones), las dos directivas que buscan y desean hacer justicia, tomando en cuenta el mérito que se merece y se ha ganado la Sinfónica Venezuela, decana y Patrimonio Cultura de Venezuela, reconocida durante sus trayectoria de 85 años como la mejor orquesta sinfónica en nuestro país y una de las mejores del mundo.
Reseña del Complejo
Cultural Teresa Carreño
El teatro fue inaugurado en dos fases, primero la sala José Félix Ribas, en febrero de 1976, y luego la Sala Ríos Reyna y el resto del complejo, el 19 de abril de 1983, con un concierto de la Orquesta Sinfónica Venezuela. En 1984 se cerró por ocho meses para la culminación y dotación técnica de algunos espacios.
La Sala Ríos Reyna, que es desde siempre y moralmente, la sede permanente de la Sinfónica Venezuela, es la principal del teatro y su nombre es en homenaje al insigne maestro Pedro Ríos Reyna, destacado músico venezolano y propulsor de la idea de la construcción de la sala y del más adelante complejo cultural, quién falleció en un accidente en Nueva York en 1971 y nunca pudo ver materializado su proyecto.
La sala Ríos Reyna tiene una capacidad de 2.500 personas. Es el escenario de espectáculos sinfónicos, de ópera y ballet clásico más importante de la ciudad. En sus orígenes fue concebida como una sala de conciertos y más tarde fue enriquecida como un área de usos múltiples con un escenario tan versátil como para presentar cualquier género artístico. La sala tiene 45 m de largo y 40 m de ancho. Las butacas están distribuidas en veintiséis zonas numeradas entre patio y balcón. La sala posee también un foso de orquesta, que funciona sobre una plataforma versátil que puede servir para albergar a los músicos en caso de ballet, recital u ópera; el foso también puede funcionar como extensión de escenario cuando la plataforma sube hasta el nivel de stage o como extensión de sala, ya que hay un sistema de 146 butacas guardadas debajo del nivel de patio que pueden subir con la misma plataforma del foso hasta el nivel de patio para colocar las butacas adicionales en las primeras cinco filas más cercanas al escenario, entre otras características.
Sala José Félix Ribas
Lleva su nombre en homenaje al prócer venezolano líder de la Batalla de La Victoria. Fue pensada como sala de conciertos sinfónicos (se podría decir que de estudio, dado la intimidad que produce el tamaño de la sala), y de cámara. Tiene una forma de teatro semicircular griego, un espacio de 507,5 m², un vestíbulo de 160 m², un escenario de 261 m² y capacidad para 400 personas.
Así como la Ríos Reyna, la sala cuenta también con cabinas y plantas de iluminación, elementos acústicos integrados a su arquitectura, camerinos y salas de ensayo
Un Domingo con Salomón
Salomón Benshimol R
sbenshimol@yahoo.com