La denominada Revolución tampoco ha sido asertiva con el problema de la inseguridad; la mejor prueba de este rotundo fracaso, además del incremento en las cifras de homicidios y delitos, son los 15 ministros que han pasado por dicha cartera a lo largo de estos 16 años
Omar Ávila / Twitter: @omaravila2010
Analizando los últimos acontecimientos del gobierno, preocupa como éste se sigue inventando guerras e historias, tratando de engañar al pueblo bajo la falacia de defender la patria del imperio norteamericano; un régimen que habla de injerencia de países que manifiestan su preocupación por la situación que atraviesa nuestra Venezuela, cuando realmente es el Ejecutivo quien insulta, agrede e irrespeta los Derechos Humanos y acuerdos internacionales.
Luego de 16 años de discurso de confrontación, vienen ahora a pedir supuestamente a nombre de la paz, que el presidente de Estados Unidos, Barak Obama derogue el decreto que incluye sanciones a otro grupo de funcionarios venezolanos, que al parecer tienen bienes en EEUU, los cuales les fueron congelados.
Hay que recordar que son una veintena de denuncias de golpes y si de guerras se trata, hasta una guerra bacteriológica se inventaron, en la campaña los veremos hablar seguramente de una nueva guerra, pero esta vez de encuestas.
Por más que lo intenten, la realidad no la pueden esconder con cadenas de radio y televisión, con actos y propagandas tratando de llegar a la fibra sentimental del pueblo venezolano proyectando imágenes del difunto ex presidente Hugo Chávez. La verdad es que nos encontramos sumergidos en la peor crisis económica, política, social y moral propiciada por un régimen incapaz, ineficiente, corrupto e inútil.
Es vergonzoso como el gobierno gasta tanto dinero en una publicidad donde hablan de la supuesta invasión de Estados Unidos a Venezuela, cuando lo cierto es que los ciudadanos queremos soluciones al problema de escasez que ya sobrepasa en los productos de la cesta básica el 60%. Por más captahuellas que coloquen, por más seguimientos que hagan y por más control con la cédula de identidad, igual se siente, se ve y se palpa que no hay producción que garantice el consumo de los venezolanos.
Aquí la amenaza no es la del “Imperio” sino la del hampa que día a día nos azota, la devaluación que nos meten bajo el nombre de nuevos sistemas cambiarios, la inflación, el desabastecimiento y falta de producción nacional; aquí la única guerra con la que lidiamos los venezolanos es con el alto costo de la vida buscando cómo resolver y tratar de cubrir los principales gastos, entre ellos, la alimentación.
La verdad es que mientras se está perpetrando una traición territorial con Guyana, no hay ningún tipo de rechazo a esa cesión territorial y a la adquiriente ocupación progresiva; además que sí de invasión se trata, desde hace años que estamos asediados, cuando este gobierno entregó nuestra soberanía a Cuba. Los militares saben bastante de esto, ya que los tienen de jefes y registradores.
La denominada Revolución tampoco ha sido asertiva con el problema de la inseguridad; la mejor prueba de este rotundo fracaso, además del incremento en las cifras de homicidios y delitos, son los 15 ministros que han pasado por dicha cartera a lo largo de estos 16 años.
En definitiva, al gobierno su margen de maniobra y engaño cada día que pasa se ve más disminuido, ante la falta de un líder por un lado, ante el inminente fracaso de los “hijos del comandante supremo” que en 2 años acabaron con todo.