Los inventarios se agotan. no hay materia prima. El sector está en crisis. Las frases se repiten en la prensa a diario con actores diferentes para retratar la realidad de la economía: hay escasez de divisas. La consecuencia inmediata es que las proyecciones de la inflación se colocan por encima de 120% para el final del año 2015.
Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera, el efecto recesivo será muy fuerte. «Se profundizará la estanflación. La inflación podría llegar a tres dígitos altos, es decir, más de 110%». Ese escenario es posible mientras la escasez no tenga alivio y el paralelo no encuentre techo.
Versiones extraoficiales indican que la inflación acumulada entre enero y febrero alcanza el 20%, un récord en los últimos años que perfilaría a Venezuela directo a ser una economía hiperinflacionaria.
El economista Luis Oliveros manifestó que de persistir la situación actual donde no se toman las decisiones necesarias para la economía, la situación se deteriorará, pero no al punto de la implosión del control cambiario, sino desde el punto de vista de la calidad de vida. “El Gobierno teme justamente ese brote inflacionario”.
Una economía dormida
Según Oliveros el fracaso del Sistema Marginal de Divisas (Simadi) no reside en la brecha con el mercado negro, sino por la cantidades que se mueven en el esquema. “Allí se mueve menos de un millón de dólares a diario, cuando la economía venezolana necesita mucho más”.
A juicio del economista, el Gobierno no debería vender dólares a Bs 6,30 y las subastas que llevan seis meses sin ejecutarse deberían iniciar. “Los incentivos que hay para la corrupción son gigantescos y el déficit de divisas es muy importante. Ese producto prácticamente lo están regalando. Se necesita una corrección cambiaria fuerte”.
El correctivo que realmente necesita la economía, según Oliveros, sería la unificación cambiaria, así como la eliminación de los controles, pero ambas medidas implican un camino tortuoso que el Ejecutivo no parece dispuesto a tomar.
Para Herrera, es extremadamente difícil que el Simadi llegue a estabilizarse, dado que hay un exceso de bolívares en el mercado y unas condiciones económicas donde las necesidades de venta de dólares son pequeñas. “No hay suficientes atractivos para que el mecanismo tenga un tamaño respetable donde sea alimentado por la demanda y la oferta privada”.
Según Herrera, existe la posibilidad de que el volumen de operaciones aumente en el momento en que se active debidamente el segmento de ese mercado que es con títulos valores. “La única forma de que tenga éxito es que haya un cambio con relación a la estrategia inicial y se eliminen los incentivos a las distorsiones, así como una intervención más frecuente del Banco Central”.
Información de El Carabobeño