Saúl Bermúdez, secretario de Acción Social de Primero Justicia Caracas, se pronunció sobre el deterioro del sistema de salud venezolano y exigió soluciones inmediatas para la escasez de medicamentos, durante una rueda de prensa en las instalaciones de la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
«La salud es un derecho constitucional, según los artículos 82 y 83 de la Carta Magna, por lo que el Gobierno esta en la obligación de garantizar un sistema efectivo, lo que hoy en día está en entredicho. Hicimos un análisis sobre la capacidad hospitalaria del país y encontramos que está disminuida en un alto porcentaje, lo que genera que 100 mil pacientes estén en lista de espera para ser intervenidos quirúrgicamente en centros de salud públicos, 5.000 de ellos en el Clínico Universitario», añadió Bermúdez, quien además es odontólogo y profesor universitario.
«También hemos detectado daños estructurales importantes que hay en nuestra red hospitalaria, a pesar de que a lo largo de los años se han invertido incalculables sumas de dinero para repararlos. Algunas infraestructuras han sido reconstruidas en más de tres oportunidades y nunca se ven los resultados para ofrecerle a los pacientes la calidad de servicio que se merecen», destacó .
Asimismo, agregó que otro aspecto importante es la carencia de personal médico tanto en clínicas como hospitales a nivel nacional. «El año pasado, la Federación Médica Venezolana hablaba de un déficit de aproximadamente 53% de médicos en todo el territorio nacional y esto se debe a que hay pocos incentivos, a la situación de inseguridad en los hospitales. Además, el Gobierno pretende culpar a los propios galenos del colapso del sistema de salud, sin tomar en cuenta que hacen milagros en las salas de emergencias para salvar vidas».
Sentenció que «vemos con preocupación como los últimos cinco ministros de salud no han sido capaces de crear una política sanitaria efectiva, que vele por el derecho fundamental de todos los venezolanos. Otra situación grave es el desabastecimiento de insumos, que afecta directamente a todas las áreas de la salud».
«Ahora los pacientes deben llevar desde las gasas hasta las inyectadoras, que incluso son vendidas por los comerciantes informales, como ocurre en las adyacencias del Clínico Universitario. En los hospitales públicos, los pacientes ni siquiera se pueden efectuar exámenes de laboratorio porque los reactivos no llegan con regularidad», denunció Bermúdez.
En ese sentido, puntualizó que «en la UCV hay 15 postgrados que dependen del área quirúrgica del Clínico Universitario y que han sido cerrados. Eso no es posible en un país con la renta petrolera de la que ha gozado Venezuela en los últimos años».