Alemania necesita que llegue al país un promedio anual de 533.000 personas más de las que lo abandonan para hacer frente al rápido envejecimiento de su población
En 2014, la inmigración neta fue de 470.000 personas. En el promedio de los últimos 60 años el dato cae incluso a sólo 200.000, según el estudio del Instituto de Investigación de Empleo (IAB) y la Universidad de Coburg para la prestigiosa fundación Bertelsmann.
Los expertos prevén que la población en edad de trabajar sufrirá una drástica caída de 45 a 29 millones en 2050 sin contar a los inmigrantes.
El descenso se debe sobre todo a que la generación del «baby-boom» de los años 50 y 60 alcanzará la edad de jubilación a más tardar en el año 2030.
El estudio señala que incluso el escenario «improbable» de que trabajen tantos hombres como mujeres y que la edad de jubilación se retrase hasta los 70 años aportaría a Alemania sólo 4,4 millones de trabajadores locales más hasta 2050.
La conclusión es que el país necesita seguir incrementando la cifra de trabajadores inmigrantes. «Debemos sentar ahora las bases para que Alemania se vuelva un país atractivo para inmigrantes de terceros países», señaló Jörg Dräger, de la fundación Bertelsmann.
El directivo pidió por eso una ley de inmigración que considere la llegada de trabajadores cualificados no sólo «permitida», sino también «deseada». DPA