Las exportaciones al «enemigo» cubren una cuota cada vez mayor de las ventas totales del país de Nicolás Maduro.
En ciertas ocasiones, la economía y la política marchan por vías paralelas, sin apenas tocarse. Eso es lo que ocurre en el ámbito de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos. A pesar de la escalada verbal entre ambos gobiernos desde que asumió la presidencia Nicolas Maduro, y de la retórica «antiimperialista» que el líder venezolano ha ensayado en las últimas semanas, la dependencia comercial del país caribeño respecto de Estados Unidos aumentó en los últimos dos años, hasta alcanzar su máximo nivel en la última década.
Así lo muestran las propias estadísticas sobre comercio exterior publicadas por el estatal Instituto Nacional de Estadística (INE) de Venezuela. El INE publica la serie de las exportaciones venezolanas, según los países de destino, realizadas entre 1998 y el primer semestre de 2014. Esos datos permiten calcular qué porcentaje de las exportaciones totales venezolanas representan las ventas dirigidas específicamente a Estados Unidos.
Según las últimas cifras disponibles para 2014, en el último año Venezuela destinó a Estados Unidos el 28% de sus exportaciones totales al mundo. Para hallar un índice mayor de dependencia hay que retroceder hasta 2005, cuando el monto fue del 30%. A partir de 2012, Venezuela registró un quiebro en la tendencia a medio plazo que venía registrando desde comienzos de la década: a partir de ese año, la dependencia comercial de Estados Unidos ha ido siempre en aumento.
Solo retórica
Casi la totalidad de las ventas venezolanas a su virtual enemigo corresponde al petróleo y derivados. La escasa diversificación productiva plantea un serio dilema al país caribeño. La cantidad de barriles exportados a Estados Unidos cayó en los últimos años. El problema es que, aún así, la mayor parte de las exportaciones venezolanas siguen dirigiéndose al mercado estadounidense, y Estados Unidos continúa siendo el principal socio comercial de Venezuela.
«Lo de Maduro es solo retórica política: exagera su reacción a las sanciones de Obama para sacar ventaja interna –dijo a ABC el analista político venezolano Luis Vicente León, director de la consultora Datanálisis–. En un momento dederrumbe de su popularidad, las sanciones le abrieron un nicho de debate ajeno a la crisis económica, donde él aparece como el “pequeño” contra el “grande”, lo que a su vez permite unificar al chavismo».
¿Cuál de los dos países se vería más perjudicado por una eventual ruptura de la relación comercial? En opinión del economista venezolano José Toro Hardy, ex miembro de la dirección de Petróleos de Venezuela (PDVSA) entre 1996 y 1999, «no hay duda de que Venezuela sufriría mucho más el impacto, ya que EE.UU. depende cada vez menos de las importaciones petroleras gracias al desarrollo de tecnologías como el “fracking” y al aumento de sus reservas estratégicas».
En contraposición, «la dependencia venezolana respecto de las exportaciones es cada vez mayor, porque en el país hay una gran escasez de divisas, endeudamiento, inflación récord y déficit en el flujo de caja de PDVSA». Si además se considera que las cuantiosas exportaciones a los aliados políticos de Petrocaribe se realizan en términos contractuales de privilegio, los envíos de petróleo a Estados Unidos resultan aún más indispensables. Todo ello explica por qué, pese a la retórica, Maduro no se aparta del calor comercial estadounidense. En definitiva: «Perro que ladra no muerde».
Información del ABC de España