Un niño de 10 años murió baleado la noche del jueves en el complejo de favelas de Alemao de Rio de Janeiro, cuarta víctima fatal de una escalada de violencia en este antiguo bastión del narcotráfico reconquistado por la policía en 2010.
Además de los cuatro muertos, tres personas quedaron heridas en 24 horas.
La policía de Rio explicó a la AFP que el incidente se registró después de que oficiales que patrullaban la zona «fueron recibidos a tiros por criminales de la comunidad de Areal», una de las favelas que conforman el complejo. «Hubo enfrentamiento y un menor fue baleado y no resistió a las heridas», añadió.
Los padres del niño Eduardo Jesús Ferreira culpan a la policía de su muerte.
«Tengo grabada su cara, nunca voy a olvidar el rostro del policía que acabó con mi vida. Cuando corrí a hablar con él, me apuntó con su arma. Le dije: ‘Puedes matarme, ya acabaste con mi vida'», contó al sitio G1 la madre del niño Terezinha Maria de Jesus. «La policía entra sin saber trabajar, como él (el niño) dijo que era afín de bandido le dispararon, le disparó en la cara», expresó el padre Eduardo Ferreira.
El miércoles, una mujer murió por una bala perdida dentro de su casa durante otro enfrentamiento entre policías y narcotraficantes, que quieren recuperar el control de este inmenso complejo de favelas ocupado por la policía en 2010 en una operación de una envergadura nunca antes vista en Rio.
Su hija resultó herida de bala, pero está fuera de peligro.
Vecinos de Alemao rindieron la noche del jueves un homenaje a las víctimas con velas encendidas y rezos.
En los últimos tres meses, los tiroteos se han hecho más intensos en este complejo de favelas, que fue ejemplo de la política de «pacificación» del gobierno del estado Rio de Janeiro.
Las ocupaciones comenzaron en 2008 y hasta la fecha se han instalado 38 Unidades de la Policía Pacificadora (UPP) en 174 comunidades de la ciudad, con el fin de restaurar el orden y arrebatar el control a los narcotraficantes. AFP