La segunda caja negra del avión de Germanwings revela que el copiloto, Andreas Lubitz, aumentó de forma voluntaria la velocidad del descenso antes de precipitar la aeronave en los Alpes franceses con 150 personas a bordo.
«El piloto presente en la cabina utilizó el piloto automático para emprender el descenso hacia una altitud de 100 pies (30 m), y luego, varias veces durante el descenso, modificó el piloto automático para aumentar la velocidad del avión en descenso», indicó el viernes la Oficina de Investigaciones y Análisis de la aviación civil francesa (BEA).
El análisis de la primera caja negra, la que registra las conversaciones y los ruidos en la cabina de pilotaje, encontrada poco después de la catástrofe, había llevado a sospechar que Lubitz decidió suicidarse y arrastrar con él a la muerte a los otras 149 personas que se encontraban en el avión.
La BEA no aporta elementos suplementarios, pero precisa que sus «trabajos continúan para establecer el desarrollo factual preciso del vuelo».
Como una caja de zapatos
Los gendarmes franceses encargados de las operaciones de búsqueda en el lugar del siniestro, ocurrido el 24 de marzo, hallaron el jueves la segunda caja negra, Flight Data Recorder (FDR), que contiene los parámetros del vuelo.
«Fue enviada a los locales de la BEA ayer (jueves) por la noche» y los equipos de la institución «empezaron las operaciones de apertura en cuanto llegó», precisa el comunicado.
Esta caja contiene «500 parámetros», entre ellos la velocidad, la altitud y el régimen de motor del avión, precisó el fiscal a cargo de la investigación, Brice Robin, en una conferencia de prensa en Marsella (sur).
El dispositivo, del tamaño de una caja de zapatos, «estaba al fondo de un barranco profundo», según la gendarmería.
En Alemania, la justicia indicó que Andreas Lubitz, de 27 años y depresivo, se había informado sobre las puertas blindadas de los aviones en los días previos al vuelo mortal.
Se «informó sobre las maneras de suicidarse» y sobre «las puertas de cabina de pilotos y sus medidas de seguridad», indicó la fiscalía de Düsseldorf, que está a cargo de la parte alemana de la investigación.
La gendarmería francesa indicó el martes que no hay más cuerpos en la zona del drama y que la evacuación de los restos humanos había terminado. El trabajo de los equipos consistirá ahora en «recuperar los efectos personales» de los pasajeros, precisó.
Las autoridades francesas prometieron una rápida identificación de las restos de las víctimas en base a los análisis de ADN. No obstante, serán necesarias entre «tres y cinco» semanas para terminar las identificaciones, según el fiscal francés, que precisó que «fueron aislados 150 perfiles ADN».
Esta catástrofe llevó a muchas compañías aéreas a instaurar una obligación de permanencia de al menos dos personas en la cabina de pilotaje durante los vuelos.
El A320 de la compañía alemana, que volaba de Barcelona a Düsseldorf, se estrelló el 24 de marzo en los Alpes franceses. Murieron las 150 personas que iban a bordo, de 20 nacionalidades distintas, principalmente alemanas y españolas
Para hacer frente a las posibles demandas de indemnización de las familias, el consorcio de seguros de la compañía aprovisionó 300 millones de dólares, indicó Lufthansa, casa matriz de Germanwings.