La Palabra de Dios
En los tiempos actuales, una de las mayores preocupaciones que tenemos es la inseguridad que afecta tanto nuestra vida, como la de nuestros seres queridos.
Sin embargo, para quienes hemos declarado que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, el temor se ha convertido en algo del pasado.
En el Salmo 34, versículos 4 al 7, podemos leer los siguiente: “Busqué a Jehová y Él me respondió libró de todos mis temores. Los que miraron a Él fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó y le oyó Jehová y lo libró de todos sus temores. El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende”.
Dios nos llama a confiar en Él en todo momento y a no dejarnos llevar por las preocupaciones, ni por las situaciones difíciles, ni por las emociones que nos hacen presa fácil de la desesperación, la angustia y el desánimo, condiciones que nos perjudican pues nos conducen a cometer errores.
Cuando estemos atravesando por una circunstancia que nos causa temor, sea en cualquier área de nuestra vida, acudamos a Dios y Él no nos desamparará.
“Jehová es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré?”, dice el Salmo 27, en su versículo 1 y en el evangelio de Juan, capítulo 14, versículo 1, Jesucristo nos dice: “No se angustien, confíen en Dios, confíen en mí”.
La sangre de Cristo es la protección más poderosa que podamos tener los seres humanos, nada ni nadie puede contra su santidad.
Recibamos a Jesús como Señor y Salvador de nuestras vidas y su sangre que derramó en la cruz por nuestros pecados nos librará y protegerá de todo mal y peligro.
El cristianismo no es una religión sino un estilo de vida con Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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