Una coalición liderada por los sauditas destruyó partes del Comando Central del Ministerio de Defensa de Yemen en el transcurso del fin de semana, informaron altos funcionarios yemenitas.
Bajo la lluvia de bombas de la coalición, los hutíes, que son chiitas en un país que en su mayoría es sunita, aún retienen el control de Saná. Sin embargo, los ataques aéreos los han afectado y han destruido gran parte de su infraestructura.
El servicio de electricidad ha sido interrumpido para más de 16 millones de yemenitas que viven en áreas controladas por los hutíes, dijeron funcionarios yemenitas. Muchos temen que también perderán el acceso a agua potable.
El presidente derrocado de Yemen, Abdu Rabu Mansour Hadi, habló con desdén sobre los ataques aéreos. El domingo, despidió a su exjefe de estado del ejército, Hussein Khairan.
El despido no tuvo efecto práctico, debido a que Khairan se había cambiado de bando hacía semanas y es el ministro de defensa interino de los rebeldes hutíes.
Hadi se ha refugiado en Arabia Saudita, que está trabajando para derrotar a sus enemigos y reinstalarlo.
Cientos de personas han muerto en cuestión de días
El conflicto le ha dado muerte a docenas de personas todos los días. El lunes, más de 50 personas murieron en la ciudad portuaria de Aden solamente, donde los hutíes y todos sus aliados están luchando contra las tropas que le son fieles a Hadi en tierra, informó Agence France-Press.
Debido a que la campaña de bombardeo y las intensas luchas empezaron hace solo un poco más de una semana, se calcula que unas 600 personas han muerto. Muchas más han resultado heridas, y decenas de miles han huido del país.
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El Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC, por sus siglas en inglés) ha hecho un llamado a un alto al fuego humanitario para permitir que la ayuda llegue al lugar.
«De otra forma, dicho sin rodeos, muchas más personas morirán. En el caso de los heridos, las probabilidades que tienen de sobrevivir dependen de que se tomen acciones en cuestión de horas, no días», dijo Robert Mardini, el director de operaciones del ICRC en el Cercano y Medio Oriente.
«Los suministros médicos eran para ayer», dijo la vocera del ICRC, Marie-Claire Feghali desde Saná. «Necesitamos salvar las vidas que puedan ser salvadas».
Desacuerdo por el alto al fuego
Arabia Saudita autorizó permitir que el ICRC viajara a Yemen por medio de dos aviones: uno con suministros médicos, el otro con trabajadores. Pero volar hacia allí será difícil, debido a que la mayoría de aerolíneas han cancelado sus vuelos, y los ataques aéreos han dañado varios campos de aviación.
El lunes, el vuelo que transportaba 48 toneladas de suministros médicos tuvo que permanecer en Dijbouti, dijo Feghali. El ICRC espera salir de ahí en un día o dos.
Luego del llamado del ICRC, el sábado, el Consejo de Seguridad de la ONU discutió la situación humanitaria a petición de Rusia.
Moscú envió una resolución preliminar en la que hacía un llamado a que se pusiera fin a los ataques aéreos por parte de la coalición regional de nueve países. La reunión se suspendió sin que se anunciara una decisión.
Un diplomático dijo que a la versión preliminar le faltaban elementos clave. No pedía que los hutíes dejaran de luchar o que hubiera conversaciones políticas entre las partes beligerantes, le dijo el diplomático a CNN en condición de anonimato.
La sorpresa hutí
Yemen ha estado sumiéndose en un estado de caos en las semanas desde que los rebeldes hutíes —quienes desde hace mucho tiempo se han quejado de ser marginados en el país donde la mayoría es sunita— obligaron a Hadi a salir del poder.
Los hutíes pusieron a Hado bajo arresto domiciliario cuando tomaron el control de Saná en enero. Sin embargo, Hadi escapó en febrero, huyó a Aden y declaró que seguía siendo presidente.
Los hutíes y sus aliados, entre ellos quienes eran fieles al predecesor de Hadi, lucharon contra las fuerzas de Hadi en el área de Aden. Hadi huyó de Aden a finales de marzo, finalmente hacia Arabia Saudita, donde los rebeldes y sus aliados militares se movilizaron hacia la ciudad.
El conflicto hizo que Arabia Saudita, una nación predominantemente sunita, y la nación vecina al norte de Yemen, y otras naciones árabes intervinieran con la fuerza.
Los hutíes se aliaron con Irán, el amargo rival de Arabia Saudita a lo largo del Golfo Pérsico, y Riad no quiere que un delegado de Irán esté en el poder en su frontera.
Oportunismo de al Qaeda
Algo que complica las cosas en Yemen es el hecho de que al Qaeda en la Península Arábiga —no las fuerzas hutíes ni las fuerzas fieles a Hadi— retienen el control al este del país. AQAP es considerada como una de las ramas más implacables de la organización terrorista.
Ha tomado ventaja del caos para invadir una ciudad y sacar a los prisioneros de la cárcel. El gobierno de Hadi ha cooperado con Estados Unidos para luchar contra AQAP, pero con la invasión de los hutíes, ese arreglo se ha evaporado, y el grupo terrorista generalmente opera sin control.