«Los últimos ataques a las bases de Al-Shabaab por parte del ejército de Kenia hacen parte de unas operaciones que llevan en curso desde 2011. No es una represalia al ataque de Garissa. Esta es una operación en curso», dijo el lunes la fuente militar. Es usual que los oficiales del ejército de Kenia no le den sus nombres a los medios.
Dos de los bombardeos dieron en campos de entrenamiento de Al-Shabaab, según un residente del pueblo de Bardere, a 200 kilómetros del límite de Kenia, y un periodista local quien pidió que su nombre se mantuviera en reserva por cuestiones de seguridad.
El ejército keniata empezó los bombardeos este domingo en la tarde y su objetivo es el baluarte Godon Dhawe, una fortaleza de la agrupación Al-Shabaab que queda entre Bardere y la frontera entre Somalia y Kenia.
¿Quién está detrás del ataque?
El gobierno keniata ha identificado a Mohamed Mohamud como el cerebro del ataque terrorista del pasado jueves en la Universidad de Garissa, que el costó la vida a 150 personas.
En un tuit, el ministro del Interior de ese país señaló a Mohamud como un alto dirigente del grupo terrorista Al-Shabaab. El hombre también es conocido por los alias de ‘Dulyadin’ y ‘Gamadhere’, dijo el mandatario.
Además, según le dijo una fuente policial a CNN, las autoridades de Kenia tenían información previa de que la universidad de Garissa podría ser atacada, pero después de que la alarma sonara durante la masacre de la semana pasada, el grupo de respuesta rápida del país estuvo atrapado durante horas en Nairobi mientras organizaba un tema de transporte.
No es claro por qué el grupo élite quedó atrapado en la capital de Kenia, ubicada aproximadamente a 370 kilómetros al oeste de donde ocurrió el ataque, pero las fuentes policiales en Garissa dijeron que incluso políticos kenianos y periodistas de Nairobi llegaron a la escena de los hechos antes que el equipo élite. Reporteros en la zona corroboraron los hechos
Una vez el equipo élite llegó al complejo universitario, la situación fue rápidamente apaciguada, dijeron periodistas y fuentes policiales.
Manoa Esipisu, portavoz del presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, defendió el tiempo de respuesta y dijo a CNN que siempre hay críticas en torno a «si se reaccionó tan rápido como se debía o no fue suficiente».