Economistas insisten en que el gobierno debe resolver pronto el rezago en el precio del combustible, pero afirman que es inevitable la incidencia en el valor final de bienes y servicios
En enero pasado el presidente Nicolás Maduro reiteró ante la Asamblea Nacional que era necesario elevar el precio de la gasolina porque el costo de producción está muy por encima del precio final en el que se comercializa. “Yo asumo la responsabilidad frente al país, digan lo que digan, creo que llegó el momento”, afirmó en esa oportunidad.
Aunque Maduro no dio fecha para decretar el alza, fuentes aseguraron que en marzo el ministro de Transporte Terrestre y Obras Públicas, Haiman el Troudi, presentaría ante el Parlamento la propuesta. Pero el mes pasó y el precio siguió igual. La “distorsión” de la que habló el presidente continúa y el retraso se debe al miedo por el impacto que tendría la medida en la inflación y a su costo político, consideran economistas.
Desde 2005 la comercialización de la gasolina reporta pérdidas a Petróleos de Venezuela, que pasan de 3 millardos de dólares al año, reporta un estudio de los economistas Luis Oliveros y Domingo Sifontes.
En las estaciones de servicio un litro de gasolina de 95 octanos se vende en 0,097 bolívares, la de 91 en 0,070 bolívares y el diesel en 0,048 bolívares. Mientras que la producción del combustible de 95 cuesta 2,7 bolívares por litro, según números de Rafael Ramírez cuando era ministro de Petróleo y Minería.
“Las cifras que manejamos es que el año pasado las pérdidas solo por combustibles llegaron a 3,1 millardos de dólares. Es necesario tomar medidas. Si no suben el precio este año el monto podría ascender a 3,8 millardos en un panorama comprometido por la escasez de recursos del gobierno”, dijo Oliveros.
La presión que afronta el Ejecutivo por la caída de más de 50% del precio del barril de petróleo, fuente de 96% de los ingresos en divisas del país, es lo que ha impulsado con más fuerza la decisión de subir el precio de la gasolina, coinciden analistas. Pero aseguran que el temor ha dificultado la toma de decisiones.
“Durante el gobierno de Chávez se insistió en que la gasolina debía mantenerse en un precio fijo. Aumentarlo se asoció con una medida neoliberal y hubo miedo de que ocurriera otra explosión social, un segundo Caracazo si se aprobaba un alza. El peso de ese discurso se mantiene y propicia todas las distorsiones que tenemos”, señaló el economista Ronald Balza.
A pesar de que representantes gubernamentales han repetido que el incremento no generará grandes impactos en la economía, los especialistas concuerdan en que el aumento se trasladará al precio de los bienes y servicios, es decir, contribuirá a la aceleración de la inflación, que cerró 2014 en 68,5% y que podría situarse este año en 188%, calculan firmas internacionales.
“No hay dudas de que el impacto es netamente inflacionario. Y aunque sin que se decrete el precio es difícil medirlo, he leído proyecciones de hasta 5% más de inflación. Lo que sucede es que en Venezuela con una variación de precios tan alta, cinco puntos más parece no ser tanto”, indicó Oliveros.
Aseguró, sin embargo, que el impacto sería solo en un principio porque con el tiempo la gasolina entraría en la estructura de costos de los proveedores de bienes y servicios.
Recordaron que el incremento del precio del transporte, que parece ser uno de los más temidos por el Ejecutivo, igual se aprobó sin el aumento de la gasolina.
Giovanni Lupi, presidente de la Cámara de Transporte del Centro, dijo que ellos han mantenido reuniones con el gobierno en las que les han consultado su opinión sobre el aumento de la gasolina y con ello el alza del diesel. Agregó que la incidencia dependerá del precio que se establezca: “El gasoil se expende a la mitad de lo que cuesta la gasolina; si de 0,048 bolívares por litro llevaran el precio a 1,50 bolívares no habría gran impacto y los fletes probablemente se mantendrían igual. Pero si el aumento es más alto entonces sería necesario subirlos”.
Añadió que una de las solicitudes que le hacen al gobierno es que el aumento del precio de la gasolina se haga gradual para reducir el impacto.
Revisión constante. El hecho de que 2015 sea un año electoral hace que los economistas sean incrédulos en cuanto a que el Ejecutivo decrete un gran incremento en el precio del combustible, por temor a que sea mal percibido por los electores.
Oliveros sugirió que para lograr un monto que cubra los costos y elimine el incentivo al contrabando, el precio del litro de gasolina debería ser el actual multiplicado por 90, es decir que ronde 8,73 bolívares, pero está seguro de que eso no va a pasar: “Lo más probable es que haya un maquillaje. Que el aumento que se decrete sea mínimo por miedo al costo político”.
Oliveros y Balza concordaron en que el precio que apruebe el gobierno no debe ser fijo, sino que debe ser revisado constantemente. “Se debería seguir el ejemplo de países como Colombia, donde la política fue fijar a través de su ministerio un precio mensual de referencia para la gasolina”, expresó Balza. El Nacional