A pesar de los esfuerzos de esta nueva dama de hierro latinoamericana, el barniz se descascara. La magia pierde brillo. Los escándalos de corrupción siguen explotando como cotufas. El más ruidoso: el de la petrolera estatal brasileña Petrobras. El más reciente: el de la abogada Erenice Guerra.
Dilma Vana Da Silva Roussef es la primera mujer que ha sido elegida presidente de Brasil y la quinta en un país latinoamericano, cuando aún ni en Estados Unidos ha sucedido esto. Guerrillera, militante de la izquierda, prisionera política comparada por sus correligionarios con Juana de Arco, se trata de una personalidad respetada y admirada incluso por sus detractores. La revista Forbes la ha ubicado entre las mujeres más poderosas del mundo, precedida solamente por Angela Merkel y Hillary Clinton.
Su militancia en el Partido de los Trabajadores le permitió entrar en un rol estelar en el gobierno de Luiz Inacio “Lula” Da Silva, en el marco de una luna de miel que se prolongó de tal manera que le dio dos períodos a este ex dirigente sindical y luego otros dos más a su sucesora. Sin duda una de las cuotas de popularidad de más largo aliento que se recuerde en la historia reciente de la política latinoamericana.
Por esos extraños e irónicos giros del destino, Dilma pasó a tener visibilidad en el gobierno de Lula cuando reemplazó a un alto mando señalado por corrupción. Y decimos que es una gran ironía porque ahora., justamente, los escándalos de corrupción han mellado gravemente el inicio de su segundo mandato, justamente cuando el PT está lógicamente desgastado y exhausto tras haber vencido en cuatro elecciones.
El “lulismo” se separó del PT y ello le dio a Lula la potestad de escoger a su sucesora, y nada mejor que una mujer, la intachable Dilma, quien también había sido salpicada muy de cerca por malversaciones, logrando escapar de las mismas sin padecer daños colaterales.
De esta manera, la exguerrillera que combatió a la larga dictadura militar brasileña, se hizo con el triunfo gracias al 54% de los votos. Y heredó lo que en Venezuela se llamaría un “bacalao al hombro”.
No es fácil ser la sucesora de un hombre con tan buena estrella, y hay que decir que Dilma lo ha hecho brillantemente, para las dimensiones de tal responsabilidad.
De Lula heredó la misión de acorralar la pobreza y robustecer a la clase media, cuando muchos decía que los logros de su antecesor parecían más bien el espejismo de una burbuja que caería por su propio peso. Continuó su política de no entrar en los moldes estrictos del sistema financiero internacional, apoyándose para ello en la formidable carta política que constituye el Mercosur y en el grupo BRICS. Una irreverencia aplaudida por muchos y que trajo oxígeno a las soluciones predecibles en este campo.
Lo cierto es que el llamado “lulismo” logró avances contundentes que fueron alabados por la población brasileña, tanto así que le dieron al cuestionado partido cuatro triunfos en línea.
Pero a pesar de los esfuerzos de esta nueva dama de hierro latinoamericana, el barniz se descascara. La magia pierde brillo. Los escándalos de corrupción siguen explotando como cotufas. El más ruidoso: el de la petrolera estatal brasileña Petrobras. El más reciente: el de la abogada Erenice Guerra.
Tanto la Roussef como su mentor político han librado admirables pulsos con los escándalos de corrupción más sonados de la era democrática brasileña y es admirable cómo han logrado deslastrar sus respectivos nombres de las consecuencias nefastas de ello.
Sin embargo, el espacio político de la prestigiosa mujer se reduce. Las bendiciones se desgastan y destiñen. Ya son muchos los funcionarios del entorno de los cuatro gobiernos consecutivos del PT que han caído en desgracia. Y la gente lleva la cuenta.
El laberinto de Dilma aún no se desploma. Y como una heroína del cine, está aún a tiempo de escapar ilesa del colapso en la escena final. Esperamos con suspenso el desenlace.
Estudiantes kenianas y terrorismo
Cientos de estudiantes kenianas marcharon por el centro de Nairobi para recordar a los fallecidos en el ataque de un grupo extremista islámico a un colegio universitario y presionaron al gobierno para una mejor seguridad.
El ruidoso grupo, de unas 250 personas, protestó por las principales calles de la capital del país, sentándose de cuando en cuando en rotondas e intersecciones, parando el tránsito durante varias cuadras y atrayendo la atención de los peatones. Los manifestantes denunciaron al grupo extremista somalí al-Shabab, responsable del ataque al Colegio Universitario Garissa en el que fallecieron 148 personas en el noreste del país.
Estado islámico
se comunica
El grupo extremista Estado Islámico ha empezado a emitir boletines noticiosos en inglés en su cadena de radio al-Bayan. Los boletines, promocionados a través de Twitter, acompañan a los comunicados en árabe y ruso que ya se difunden en la radio.
El primer comunicado, con un panorama general de las actividades del grupo en Irak, Siria y Libia, informó de la presunta muerte de un comandante del grupo islamista en el campo de refugiados Yarmouk de Damasco, Siria; de un ataque suicida con bomba en Kirkuk, Irak; ataques con morteros en Sirte, Libia, y otras noticias.
Los milicianos del Estado Islámico controlan grandes territorios en Irak y Siria y sus actividades aumentan en Libia. Publican una revista mensual en inglés en el internet, llamada Dabiq, que incluye lecciones de religión y noticias de sus actividades.
Ejercicio y larga vida
El ejercicio intenso, que hace transpirar, ponerse rojo y respirar con dificultad, puede ser más benéfico que el moderado, en lo que respecta a vivir más tiempo. El estudio realizado por investigadores australianos está basado en la experiencia de más de 200.000 adultos de más de 45 años seguidos durante más de seis años y fue publicado en el Journal of the American Medical Association Internal Medicine.
Quienes hacen jogging, aeróbicos o tenis de competencia -un ejercicio intenso durante 30% de su entrenamiento semanal- tienen una tasa de mortandad de 9 a 13% más baja que los que hacen ejercicio moderado, como nadar, tenis social o tareas domésticas. “Los beneficios de una actividad vigorosa valen para hombres y mujeres de todas las edades, independientemente del tiempo total que hayan estado en actividad”, dijo el director de la investigación, Klaus Gebel del Centro para la prevención de enfermedades crónicas de la universidad James Cook.
David Uzcátegui