“Nadie es más que otro sino hace más que otro”. Miguel de Cervantes
La semana pasada iniciamos esta serie constatando que vivíamos en medio de incertidumbres. Dijimos que éramos testigos y actores de un drama caracterizado por el desorden que llamándolo revolución había traído Chávez del cual el pueblo pobre se había enamorado. Afirmamos y creemos sin embargo que la cuasitotalidad de los venezolanos sabíamos hoy en día que el fracaso estaba presente y que el colapso se avecinaba. Aun los chavistas advierten el desastre aunque muchos de ellos prefieren seguir agarrando aquí y allá. Recordamos que si algo parece negársenos a todos es un futuro mejor.
Este año tendremos elecciones para la Asamblea Nacional que constituye un órgano de gran importancia en la estructura del Estado si Dios quiere y la clase gobernante respeta la Constitución y la ley. Es un ente que pudiera atajar institucionalmente la desmesura con la que actúa Maduro y sus acólitos siendo que en la arquitectura corporativa tiene una atribución de control y equilibrio. Otra sería la historia si en lugar del teniente Diosdado Cabello pensando en un cuartel tuviéramos a un auténtico representante del gentilicio y no a un decurión de una fracción o legión de compatriotas. Una Asamblea Nacional que asumiera el rol para los venezolanos, ceñida a la legalidad y consciente de su significación. Una Asamblea Nacional dispuesta a servir al país y no a servirse de él.
No es una elección como otras. Me atrevo a decir que es la más crucial de las consultas que en nuestro devenir encararemos. Si los conciudadanos piensan que a pesar de las pruebas del cataclismo que hemos sufrido dejar a Maduro gobernar con Diosdado y su combo es lo conveniente, entonces; tendrán la gravosa responsabilidad de mantener las cosas en manos de los que trajeron y fraguaron esta espantosa crisis que padecemos. Si por el contrario, piensan como yo en la impostergable necesidad de remover a quienes nos hundieron en el mal gobierno provocando la tragedia de la criminalidad, la escasez, el desabastecimiento, el costo de la vida, el endeudamiento y la ya cotidiana violación de los derechos humanos, la contaminación de las instituciones y en particular de la Fuerza Armada Nacional entonces deben dar la cara, votar y escoger en la oposición el remplazo de los que han perdido la confianza y el respeto de la ciudadanía.
Yo he decidido participar en una elección primaria para escoger al candidato a diputado el próximo 17 de mayo allá en la Costa Oriental del estado Falcón. Lo hago porque no basta hablar o escribir, es menester postular mi nombre y concurrir a comicios democráticos con el deseo de dar batalla a los que nos han gobernado para el pesar de nuestra patria. Lo hago con ilusión y disposición para el servicio ciudadano. Me presento con mi experiencia, mis credenciales académicos y mi postura política de luchador contra la corrupción. En el tránsito elevo y sujeto a la consideración de mis conciudadanos y como avío resultas, probanzas, evidencias y certezas de trabajo y desempeño.
Decía Aristóteles, “Somos lo que hacemos” y pongo en el fiel de la balanza histórica pero también en la conciencia del electorado mi hoja de vida. ¡Dios conmigo!
Nelson Chitty La Roche
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