El hombre se alimenta de lo que digiere y no de lo que come. Se dice que saber alimentarse es condición indispensable para conservar y recuperar la salud, sin embargo, mayormente somos oídos sordos a todas las recomendaciones y advertencias de los profesionales que nos hacen referencia del mismo, y preferimos alimentarnos mal consumiendo comidas que van a perjudicar el buen funcionamiento de nuestro organismo e inclusive aplicamos dietas tan estrictas y que para bajar de peso y sentirnos bien, y lo que hacemos es dañar mucho más el organismo.
No solamente dañamos el organismo con una mala alimentación sino los medicamentos que utilizamos para cualquier enfermedad, para un dolor, que si para dormir etc., si aplicamos una buena higiene alimenticia natural, es decir, comer sano y consultar bien para que se puede utilizar un determinado medicamento y aplicarlo cuando sea necesario. La alimentación sana es un medio seguro para evitar enfermarse, porque, dependiendo de todas las funciones orgánicas se obtiene una sangre pura y de buena calidad, siendo ésta producto de la nutrición general y especial para tener una digestión positiva.
Los alimentos adecuados producen sangre pura con tejidos y órganos sanos, al paso que la alimentación inadecuada impurifica la sangre y altera las funciones orgánicas. Fíjense, una sangre nutrida por frutas crudas será fluida, vitalizada y alcalina, exenta de materias ácidas, exenta de materias ácidas. Son los ácidos provenientes de las fermentaciones pútridas del intestino los que acidifican la sangre, irritan, inflaman y congestionan los tejidos los tejidos y órganos nobles de nuestro cuerpo, produciendo todos los malestares como colitis, indigestiones, gastritis, ulceras, cólico nefrítico, patologías del corazón, etc. Digerir alimentos es formar sangre.
Las malas digestiones presentan dos manifestaciones mala elaboración o mala eliminación; y la digestión normal manifiesta una buena elaboración, con excrementos abundantes, inodoros, cilíndricos y de color bronceado, además el intestino se desocupa, por lo menos, en la mañana y en la tarde. Por otra parte, el valor nutritivo de un alimento no está en su composición química, sino en su grado de digestibilidad. El estómago del hombre carece de los ácidos adecuados que posee el animal carnívoro para digerir las carnes, pero, por degeneración, llega a producir también excesos de ácidos, cuando a este órgano se le habitúa a digerir carnes.
Esta producción anormal de ácidos ataca las mucosas estomacales. La leche de vaca u otro animal, es un aliento inadecuado para el hombre, porque se descompone fácilmente con el calor intestinal y da origen a fermentaciones pútridas con producción venenosa ácido láctico. Sin embargo, se recomienda la cuajada de leche, el quesillo fresco y el yogurt porque son alimentos sanos. Una condición que necesita una persona para obtener una buena digestión y que todo funcione correctamente, es tener tranquilidad nerviosa y, para obtenerla, debemos evitar disgustos y preocupaciones, antes, durante e inmediatamente después de las comidas. En conclusión: La digestión es la base del proceso vital, y cuando es buena, asegura la salud del individuo.
En los excrementos compactos, inodoros, abundantes y de color bronceado, tenemos un exponente de buena salud. Todo régimen curativo debe dirigirse a normalizar la digestión. El Dr. Manuel Lanzaeta recomienda y estoy muy de acuerdo con lo que dice el doctor, porque e experimentado conmigo misma y con las personas que e tratado con este tratamiento “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento” Amigos saber nutrirse es la mejor forma de sentirse bien y de estar sano y aprender que no se vive para comer sino que se come para vivir.
El Naturismo es tan antiguo como la Creación pero sólo ha llegado a tomar beligerancia en nuestros días para defender a la humanidad de la ofensa diabólica de la Teoría Microbiana que atribuye a los microbios la causa de las dolencias del hombre. Autor Manuel Lanzaeta”. Para información y consultas telf. 0426-817.95.69. Guarenas.