La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y sus empresas socias están vendiendo hasta 75 millones de dólares mensuales con un tipo de cambio más ventajoso para sus operaciones a través del nuevo mecanismo Simadi, dijo el presidente de la firma, Eulogio del Pino, reseña Reuters.
El gobierno socialista de Nicolás Maduro creó el Simadi en febrero como una tercera alternativa del estricto control cambiario, donde vende divisas para la importación de bienes e insumos prioritarios a 6,3 y 12 bolívares por dólar, y en cerca de 197 bolívares para el resto de las compras con el nuevo sistema.
Sin embargo, empresarios locales a menudo se quejan de que la oferta es insuficiente para satisfacer la alta demanda de divisas del país, que está sumido en una recesión económica y enfrenta una acuciante escasez.
La tasa en el mercado paralelo de dólares se ha elevado desde la creación del Simadi desde 190 bolívares en febrero a 276 el viernes, según portales de internet.
Sin embargo, PDVSA considera que el sistema representa un gran avance para la industria petrolera, pues permite multiplicar el número de bolívares por cada dólar que invierten sus socios extranjeros en el país.
“Las empresas mixtas están poniendo entre 25 y 30 millones de dólares (en Simadi). Y PDVSA está vendiendo cerca de 50 millones de dólares. Así que el monto no es mayor a 100 millones de dólares al mes”, dijo Del Pino, aportando las primeras estimaciones oficiales de lo que se negocia en el sistema.
“Los socios han entendido que esta es una muy buena manera de aumentar el retorno de sus inversiones (…) es un buen incentivo para mantener la inversión”, agregó el ejecutivo a Reuters, durante una visita con periodistas extranjeros a la Faja del Orinoco, el mayor reservorio mundial de crudo.
El funcionario dijo que probablemente el intercambio en el Simadi era “suficiente” para los actuales niveles de inversión, pero que los montos podrían aumentar a medida que los proyectos de la Faja avancen.
Costos de producción a la baja
Gracias al nuevo tipo de cambio, el costo de producción del crudo pesado de la Faja del Orinoco, que fue rebautizada como “Hugo Chávez” tras la muerte del líder socialista, ha caído unos 7 dólares por barril, dijo Del Pino.
“Son dos dólares para producción y cinco dólares para el mejoramiento. Eso quiere decir que nuestro punto de equilibrio, especialmente para nuevos desarrollos, está en el orden de entre 15 y 20 dólares”, agregó.
El acceso al Simadi también podría reducir la cantidad de moneda dura que las firmas extranjeras como Chevron, ONGC y Rosneft requieren para posibles inversiones futuras en el Orinoco, en medio de embrollos operativos derivados del retraso en el pago de dividendos en medio del estricto control de cambio.
Venezuela cuenta con que la producción de la Faja -una zona ampliamente despoblada del tamaño de Escocia con reservas del orden de los 259.000 millones de barriles de crudo- impulsará el bombeo nacional, estancado cerca de los 3 millones de barriles diarios, según PDVSA.
La estatal fue la quinta mayor compañía petrolera del mundo en 2013, según un conteo elaborado por Petroleum Intelligence Weekly, que dice que pondera entre sus criterios reservas, producción, capacidad de refinación y volúmenes de venta.
El miembro de la OPEP es el mayor productor de crudo de Sudamérica.
Algunos inversionistas foráneos han pedido mejores condiciones para las empresas mixtas -donde PDVSA siempre tiene la mayoría accionaria-, como que se les permita comercializar crudo u obtener pagos directos por exportaciones, en lugar de dividendos a cambio de inversiones.
Esto y las trabas cambiarias han presionado a los asociados.
El director de PDVSA para los nuevos desarrollos de la Faja, Rubén Figuera, confirmó que la estatal PetroVietnam quiere salir de su participación de 40 por ciento en el proyecto Petromacareo.
“Nos anunciaron su intención de vender su participación en Petromacareo. Hay otra empresa interesada en comprar, pero no podemos decir quien es”, dijo a periodistas extranjeros, agregando que con una lista amplia de empresas mixtas, era normal que los socios fueran y vinieran, o cambiaran su composición.
Fuentes del sector dijeron a Reuters que PetroVietnam no estaba contenta con las distorsiones cambiarias y económicas de Venezuela, incluyendo la inflación más alta del continente y el control a la libre venta de divisas.
“Tenemos fuertes lazos con Vietnam y nos gustaría que se quedaran”, añadió Figuera, agregando que tienen conversaciones con PetroVietnam sobre otras oportunidades en Venezuela.
Reuters