Debido al colapso de las alcantarillas y la avería de varias plantas de tratamiento de agua en el populoso sector del municipio Sucre, las calles se han visto tomadas por riadas pestilentes
Al mediodía de ayer, un grupo de vecinos de distintos sectores de Filas de Mariche, municipio Sucre, cerraron la Carretera Nacional Petare-Santa Lucía al nivel de Santa Isabel y La Arboleda en señal de protesta por las constantes fallas en el suministro de agua potable que en algunos casos se extienden a los tres meses.
“Parece mentira que sigamos con este problema a cuestas, teniendo un embalse tan cerca como el de La Pereza”, dijo Ramón Ojeda, dirigente comunitario de la zona. “No es como si fueran a traer el agua del Orinoco, está aquí mismo. La situación se le ha salido de las manos al Gobierno: desde la semana pasada ha habido protestas por el agua todos los días y todavía no se ha presentado nadie para darle respuesta a la comunidad”.
Habitantes de la zona aseguran que han enviado comunicaciones a distintas instancias, tanto nacionales, regionales y locales, por medio de los Consejos Comunales, pero no han recibido respuesta alguna por parte de las autoridades.
Riadas pestilentes
Otra de las denuncias de las comunidades se refiere a los botaderos de aguas negras a plena calle, que han desmejorado la calidad de vida de los habitantes del sector Las Mercedes, y mermado la actividad económica de los establecimientos.
“Llevamos 8 meses con las aguas negras corriendo por la calle: por aquí no se puede pasar cuando llueve, se forma una laguna que no dejan pasar a los carros y los malos olores que llegan apenas te permiten respirar”, denunció Tiburcio Carrasquero, comerciante del sector Las Mercedes, kilómetro 14 de la carretera Petare-Santa Lucía, quien agregó que ha perdido cliente debido a dicha situación. “Nadie quiere venir a comer con esa peste, me ha tocado tener que ir entregando comida en las casas”.
Según denuncian los vecinos de la zona, el problema se originó tras la avería de una planta de tratamiento, lo que ha provocado de las aguas residuales se vayan acumulando hasta desbordarse.
“Tengo 38 años viviendo aquí y primera vez en mi vida que veo algo semejante: las aguas negras se meten en el patio de mi casa cuando bajan hacia el embalse”, dijo Delfina Ibarra, vecina de la zona, quien agregó que, cuando llueve, el nivel de las aguas que corren por la calle es tanto, que las escuelas que laboran cerca del lugar han tenido que dejar de operar. “La semana pasada no se podía pasar, así que tuvieron que cerrar el liceo; más abajo hay un simoncito, una escuela primaria, un liceo y la Escuela de Medicina Salvador Allende. Hay niños de dos año que tienen que pasar por esa calle llena de agua cochina todos los días, exponiéndose a una enfermedad”.
Cisternas
Atravesadas
“Otro problema aquí son las cisternas que cargan agua aquí, al principio estaba bien, porque eran poquitas, pero ahora son demasiadas y trancan la calle”, dijo Rosa Pereira, habitante del sector. “Ahora no dejan pasar los carro, y si contamos la laguna de aguas negras, tenemos que estamos bloqueados. Le hemos propuesto al Imas (Instituto Municipal de Aguas de Sucre) que coloque el surtidor en otro lado, pero no nos han querido hacer caso”.
Daño ambiental
Al realizar un recorrido por los alrededores del embalse de La Pereza, un equipo de Diario La Voz pudo constatar que múltiples fuentes de aguas residuales eran vertidos en él, principalmente proveniente de las zonas urbanizadas, tal como han venido denunciando los vecinos del sector en días recientes. “Esto afecta a todo Mariche, Cancagüita, La Dolorita otros sectores que se surten del agua que sacan de allí”, expuso Carrazquel.
Vecinos sin
respuestas…
• Tiburcio Carrasquero: “Cuando llueve, se forma una laguna que no deja pasar a los y los malos olores que llegan apenas te permiten respirar”
• Carlos Ruiz: “Desde el Consejo Comunal hemos mandado comunicaciones a todos lados pero nadie se ha dignado a darnos una respuesta”
• Rosa Pereira: “Todas las obras que se han hecho en Mariche para mejorar el servicio de agua han quedado por la mitad, de Ocaríz para abajo”
• Delfina Ibarra: “Tengo 38 años viviendo aquí y primera vez que veo algo así: las aguas negras se meten en el patio de mi casa cuando bajan hacia el embalse”
Luís Guillermo Valera
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