Consumidores dicen que deben enviar productos de primera necesidad a sus familias al interior del país debido a la escasez que sigue sin resolverse a pesar de los sistemas biométricos que han sido implantados
Desde principios de año en Venezuela se ha vivido un fuerte repunte en los indicies de escasez, principalmente en productos de primera de necesidad: alimentos, medicinas y artículos de cuidado personal.
En vista de las largas colas, que se extendían por horas, frente a los abastos y supermercados, el Ejecutivo Nacional emprendió una serie de medidas para intentar disminuirlas, tales como las ventas controladas de artículos esenciales por el terminal de cédula por medio de la implementación de sistemas biométricos, también conocido como captahuellas.
Sin embargo, dichas medidas no han surtido los efectos esperados, según denuncian los propios compradores: “Lo de las captahuellas y del número de cédula no han servido para nada: cuando uno va en su día y resulta que no hay nada. Si van a poner esas restricciones, que al menos cuando uno vaya a comprar cualquier cosa, la consiga”, dijo Yuliani López, residente de Caracas. “O si quieren ponerlo más caro, pero que lo haya: nada hago con el kilo de café a 23 bolívares si solo se consigue el que venden los buhoneros a 100”.
Necesidad apremiante
“A mi vecina no le quieren vender porque es colombiana y no tiene cédula y tiene que comprar los pañales y la leche para sus hijos bien caros con los buhoneros, ¿eso es justo?”, se preguntó María Eugenia Romero. “Parece que ahora solo podemos comer lo que el Gobierno quiera y cuando quiera; y eso no puede ser: si uno va a un supermercado es porque necesita algo no porque le dé la gana hacer una cola de una hora o más”.
“He tenido que dejar el trabajo y dejar a mi niña en una guardería para ir a hacer cola: no hay jefe que se cale que tenga que salir a comprar cada que me llamaban para decirme que había llegado la leche o los pañales, pero es que no hay de otra”, dijo López. “Ahora hay que pasarse todo el día de un lugar a otro comprando una cosa, aquí, otra allá y otra más allá, primera vez que veo que esto está tan mal”.
Un paquete de pañales a 2 mil
“A mi me toca enviar cuando puedo productos a mi familia en el Estado Sucre, por allá la cosa está peor que aquí, donde al menos haciendo cola consigues, pero en Oriente no hay nada y se especula demasiado”, Gregorio Patiño. “Un paquete de pañales te lo venden a 2 mil bolívares; un aceite. a 100; una bolsa de leche en polvo, 500; es demasiado”.
Inconformes
Ángelo Planas, “Tengo 70 años, y hay gente mayor que yo que tiene que hacer cola por una hora para comprar dos bolsas de leche, ¿eso es justo?”
María Eugenia Romero, “Parece que ahora solo podemos comer lo que el Gobierno quiera y cuando quiera; y eso no puede ser”
Yuliani López, “Lo de las captahuellas y del número de cédula no han servido para nada: cuando uno va en su día y resulta que no hay nada”
Gregorio Patiño, “A mi me toca enviar cuando puedo productos a mi familia en el Estado Sucre, por allá la cosa está peor que aquí”
Luís Guillermo Valera
lvalera@diariolavoz.net
Fotógrafo: Giovanni Martínez