La Palabra de Dios
A la mayoría de las personas no les gusta hablar de la muerte y menos si se les pregunta si saben a dónde irán cuando mueran.
El cielo y el infierno son tan reales como la vida misma y las únicas opciones que tenemos cuando nos toque partir de este mundo, aunque muchos no lo quieran creer ni aceptar.
Pero la Biblia es muy clara y específica al respecto, tal como lo leemos en este relato que hace Jesucristo en Lucas 16: 22-24: “Resulta que murió el mendigo y los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham y murió también el rico y fue sepultado. En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham y a Lázaro junto a Él. Así que alzó la voz y lo llamó: Padre Abraham ten compasión de mí y manda a Lázaro a que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, ya que estoy sufriendo mucho en este fuego”.
Ningún tormento terrestre se acerca al que espera a quienes se alejan de Dios y su destino será la vida eterna pero en el infierno, mientras que quienes hemos recibido a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, tenemos su promesa de perdón de pecados, salvación y vida eterna en el cielo, tal como lo leemos en el libro de Daniel al referirse al final de los tiempos: “Habrá un período de angustia, como no lo ha habido jamás desde que las naciones existen. Serán salvados los de tu pueblo, cuyo nombre está escrito en el libro y del polvo de la tierra se levantarán los que duermen, algunos para vivir para siempre pero otros para quedar en la confusión perpetua”, capítulo 12, versículos 1-2.
El cristianismo no es una religión sino un estilo de vida con Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988)
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