El más reciente reporte dado a conocer por la policía nepalí daba cuenta de 3.938 muertos, con más de 7.00 heridos y un número no determinado de desaparecidos. En todo caso, las autoridades asumen que las cifras seguirán aumentando. India reportó 56 muertes, y China otras 20.
Los nepalíes durmieron a la intemperie, en campos de refugiados improvisados, temblando con el aire helado de las montañas del Himalaya, pero al menos a salvo de la caída de escombros.
Y es que uno de los obstáculos a los que se enfrentan los rescatistas en su carrera contra el tiempo son las réplicas. Este domingo se registró otro sismo que alcanzó 6,7 grados, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
“La gente corre y todo se está tambaleando”, contó Kushal Neogy, miembro del grupo de ayuda de los Servicios de Auxilio Católicos, en Katmandú, la capital de Nepal.
“Realmente se está sacudiendo muy duro y fuerte», dijo en vivo por CNN cuando la réplica sacudió la ciudad. Las sirenas sonaban y el polvo se levantó en el aire, agregó.
Al igual que muchas otras áreas de Nepal, Katmandú se enfrenta a un desafío colosal frente a la devastación causada por el desastre.
Calles enteras y plazas de la capital están cubiertas de escombros. El área metropolitana de Katmandú tiene una población estimada de alrededor de 3 millones de habitantes.
Aturdidos nepaleses vieron cómo los templos a los que habían acudido por generaciones se redujeron a montones de rocas y escombros.
Los lugareños y turistas buscan sobrevivientes entre lo que quedó de las edificaciones. En algunos casos, hubo júbilo cuando algunas personas fueron sacadas con vida, pero lo que hallaron, sobre todo, fueron cadáveres.
Los heridos son atendidos fuera de los hospitales que están desbordados. Multitudes de personas se agolparon en los centros de salud buscando a sus parientes desaparecidos.
Decenas de cadáveres fueron sacados de la Dharahara, la histórica torre de nueve pisos que se derrumbó durante el terremoto.
Hasta ahora, la cifra de muertos «se basa principalmente en la información que tenemos de las principales ciudades,» dijo a CNN Lex Kassenberg, director de CARE International en Nepal. «Pero si nos fijamos en la dimensión del terremoto, muchas de las zonas rurales también fueron afectadas. La información que recibimos del terreno es que el 80 por ciento de las casas en esas zonas rurales han sido destruidas.»
Los templos colapsaron
Siobhan Heanue, reportera de la cadena ABC en Australia, dijo a CNN que se encontraba caminando cerca de un templo al momento del terremoto. Muchos edificios cayeron alrededor de ella, comentó.
«No es frecuente estar en una situación donde debes correr por tu vida», señaló Heanue, quien buscó refugio debajo de una mesa en una cafetería. «Fue verdaderamente terrorífico».
Heanue miró a los residentes cuando buscaban sobrevivientes entre los escombros.
«Desafortunadamente, la búsqueda no fue fructífera. Por lo menos había 12 cuerpos entre los escombros. Este fue uno de los muchos templos históricos que fueron afectados por el terremoto», dijo Heanue.
La torre de Dharahara estaba llena cuando colapsó. Por lo menos 50 cuerpos fueron sacados de los escombros, indicó la reportera.
La torre, construida en 1832, ofrecía a los visitantes una vista panorámica del valle de Katmandú.
Respuesta rápida para salvar vidas
Las agencias de asistencia están preocupadas por el bienestar de los sobrevivientes en los días próximos. Se espera que las temperaturas bajen por la noche y que las personas deban resistir sin electricidad, agua o refugio.
La comunidad internacional debe actuar rápido para salvar vidas —particularmente las de los niños— dijo Devendra Tak, de la organización Save the Children.
«Cada minuto que pasa, la situación empeora», indicó.
En Nepal se necesita comida, ropa y medicinas.