Investigadores de movimientos migratorios coincidieron en afirmar que el retorno de los que se fueron es cada vez más complicado, aunque resaltaron que mantienen costumbres venezolanas.
Carlos Subero, el autor del libro «La alegría triste de emigrar», indicó que muchos consiguen “abrazar una nueva vida” y alcanzan un ambiente de más seguridad.
Destacó que en muchos de los testimonios de venezolanos que han emigrado hay una “sensación de vacío” y eso no es fácil de remediar.
Subero indicó que los entrevistados tenían la meta de alguna vez regresar. “El retorno es cada vez más difícil, muchos de ellos se adaptan, se nacionalizan, es muchísimo más difícil el regreso. Pero muchos mantienen la cultura venezolana”.
La comida, las visitas al país lo mantienen. “En la última década se han naturalizado estadounidenses 50 mil venezolanos”.
Por su parte el profesor de la Universidad Simón Bolívar, Iván de La Vega, manifestó su preocupación por la descapitalización en profesionales de educación y salud en Venezuela.
Al menos un millón 500 mil venezolanos viven fuera del país. «Ya hay venezolanos en los cinco continentes», dijo en entrevista a Unión Radio.
Estima que se está perdiendo una generación de jóvenes. “Se pierde un esfuerzo importante y sino los reconectamos con la economía se pierde un valor de conocimiento significativo”.