“Cuando los hombres están bien gobernados no solicitan ni apetecen otra libertad.” Nicolás Maquiavelo
El gran demagogo y llamado como tal en la antigüedad griega fue Pericles y por cierto, su discurso ante los familiares de los caídos en una batalla que alcanzo a los atenienses dio lugar al documento, uno de los poquísimos en realidad, sobre democracia y virtud que se pueda mencionar. Los griegos siempre sospecharon de la democracia e igual pasó con los padres de la revolución norteamericana.
El instrumento recibió una denominación sonora y retórica, “La Oración fúnebre” y lo menciona, el grandioso historiador Tucidides en su relato intitulado “Las guerras del Peloponeso “. En aquel tiempo el vocablo demagogo no tenía la misma significación de hoy en día. Se usaba para distinguir del común a los líderes cuya actuación sobresalía y lograban consagración. Distinto a la contemporaneidad que postula peyorativo como demagogo al falaz, al embustero, al cínico, al manipulador.
Hugo Chávez Frías fue un demagogo genuino. Y me refiero a su habilidad para cautivar con un discurso que se dirigió a soliviantar el bajo psiquismo de las multitudes depauperadas y a polarizar entre sus seguidores, los pobres y aquellos otros que se atrevían a disentir. Carismático e inescrupuloso sentó las bases de un accionar publico irresponsable pero popular. El resultado está a la vista y la ruindad que nos aflige es su legado.
El país dilapido en manos del demagogo una impresionante riqueza sin permitirse acometer ninguna obra importante de satisfacción de necesidades nacionales como agua, electricidad, vialidad, sistemas de riego, exploración e inversión petrolera, refinación o petroquímica. Acaso puede notarse la llamada misión vivienda que termino obliterando la construcción privada y con ello la generación de empleos. En materia educativa el demagogo hizo de las misiones una estafa pública adulterando la enseñanza al politizarla y presentarla como una mecánica que distribuía dinero y entregaba títulos académicos desprovistos de certeza y calidad. Así se corrompió a la gente que se alienó en la mentira y se enajenó en la frivolidad.
Chávez usurpó en el camino a la soberanía popular. Se sustituyó en la nacionalidad. Se apropió de la decisión ciudadana pervirtiendo al gobierno infectándolo de populismo. Creo un espejismo de progreso en los pobres al tiempo que extendía un desierto en la capacidad productiva del país, arruinando su agricultura y su ganadería y haciendo ver que trabajar en el sector era fácil y cualquiera podía arrancarle a otro su conuco, su hacienda, su finca y gestionarla con éxito. El resultado como antes dijimos es la escasez cuasiabsoluta y el enfrentamiento sórdido entre los que tienen tiempo para trampear y maniobrar y aquellos otros que se deben al trabajo honesto y productivo. Cachilapeo y bachaqueo son lados de un mismo fenómeno en el que la injusticia del intercambio es promovida por el mismísimo gobierno.
Venezuela ya ni tiene qué comer. Ni lo produce ni tiene con que importarla. La saquearon y saquean militares y chavistas mientras el pueblo pobre entre confuso e ignorante oye decir que esto es su gobierno, este fracaso su única opción. Es un enamoramiento trágico entre otras tragedias diarias y una enorme frustración. La mentira sigue su paso y la propaganda de radio, prensa, televisión muestran una imagen burda y retórica de un país feliz y realizado que no es verdad. La pobreza sigue solo que con manipulación y embustes a granel. Miren la calle, las colas, las funerarias, los hospitales y dispensarios carentes de todo, las policías, a la guardia nacional que solo sale a sostener al régimen y respondan la pregunta de si vale la pena continuar con este desastre!
Nelson Chitty La Roche
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