Su sadismo iba más allá de todo límite. A una de sus víctimas la violó con un martillo y también la asfixiaba y resucitaba continuamente para prolongar su sufrimiento
Rodney James Alcalá es fotógrafo, ganador de un concurso de televisión en Estados Unidos que lo convirtió en un codiciado soltero y asesino en serie. Nacido el 23 de agosto de 1943, en San Antonio, Texas, fue sentenciado a muerte en el 2010 por cinco asesinatos, entre ellos el de una niña de tan solo 12 años.
Cuando Rodney Alcalá apenas tenía 12 años de edad, su padre lo abandonó y cinco años más tarde, se inscribió en el Ejército de los Estados Unidos, desempeñándose como secretario. Allí, los test psicológicos mostraron que tenía la inteligencia de un genio, sin embargo esa brillantez intelectual estaba, como suele suceder, acompañada de anomalías que, en su caso, eran el trastorno de personalidad límite, el narcisismo y el trastorno antisocial de personalidad, por lo cual nunca se integró bien con sus compañeros.
Estos trastornos, sumados a varias crisis ocasionales, desembocaron en que, pasados tres años de haber ingresado a la milicia, Rodney fuese dado de baja por sufrir ataques de nervios. Después de haber salido del Ejército, decidió empezar a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), donde terminó graduándose en 1968.
Fue justo en 1968 cuando Rodney cometió su primer crimen. Se trataba de Tali Shaphiro, una niña de apenas ocho años de edad a quien el sujeto abordó y llevó a su apartamento. Allí la golpeó, la violó e intentó estrangularla. La pequeña habría muerto si no fuese porque, cuando Rodney la subió a su carro, una persona se dio cuenta de lo que sucedía y avisó a la policía que pudo rescatar a la niña, pero no logró atrapar al futuro homicida.
Cronología criminal
Rodney huyó a York, donde se matricularía, con los nombres de “John Berger” y “John Burger”, en la universidad de esa ciudad y estudiaría cine con el afamado Roman Polanski. Sin embargo, el 12 de junio de 1971, con el pretexto de ayudar a cargar cajas en una reciente mudanza, entró en el apartamento de Cornelia Michael Crilley de 23 años. Una vez adentro la violó y la estranguló con sus propias medias de nylon. Este crimen no pudo confirmársele.
La policía sospechó del novio de Cornelia y Rodney, bajo el nombre de John Berger, empezó a trabajar en un campamento cerca del lago New Hampshire Sunapee, pero su rostro ya estaba entre los más buscados del FBI. Fue reconocido por dos chicas, siendo arrestado por violación. Luego de 34 meses, fue puesto en libertad condicional.
Seguidamente, Ellen Hover, de 23 años e hija del dueño de un prestigioso club nocturno, despareció tras una cita que tenía con un tal John Berger, siendo éste otro de los homicidios que no logró evidenciársele…Por su parte, Rodney Alcalá adoptó su verdadero nombre y consiguió trabajo en el periódico Los Angeles Times.
Jill Barcomb de 27 años fue recogida un día por el amable Rodney en el Sunset Boulevard. Jamás imaginó que aquel desconocido sería el responsable de que ella apareciera en medio de un terroso camino, desnuda, arrodillada, con la mitad superior de la cabeza aplastada por una gran roca, con una mordedura en el pezón derecho, graves lesiones anales y estrangulada.
Luego vino Georgia Wixted de 27 años, quien fue encontrada muerta en su apartamento. Abusó sexualmente de ella, le golpeó la cabeza y la cara con brutalidad y la estranguló de forma salvaje, para después mutilarle los genitales. Entre ambos asesinatos, el FBI lo interrogó, pero lo dejó ir por falta de evidencias.
En marzo de 1978, la policía estaba haciendo entrevistas a todos los delincuentes sexuales de la zona. Rodney fue interrogado pero no sospechaban que fuera un asesino, de manera que solo se le detuvo por portar una pequeña cantidad de marihuana. Aquello no era suficientemente grave, así que Rodney pudo salir de la cárcel en pocos días.
Error fatal de la policía
Cuando Rodney Alcalá salió de prisión, el deseo de sangre y sexo ardía en su trastornada mente como un volcán a punto de hacer erupción. Y pronto ese deseo criminal estalló, por lo cual, antes de finalizado el mes de junio, la bella Charlotte Lamb apareció muerta y desnuda en la lavandería del complejo de apartamentos en que vivía. El encuentro con Rodney Alcalá la había reducido a un cadáver cuyas marcas evidenciaban que el sujeto la golpeó brutalmente con una pesada pieza de madera, la violó, le raspó el seno derecho, le agujereó las orejas, le laceró el área genital y la estranguló con un cordón, empleando tanta fuerza que le fracturó la tiroides.
El 14 de junio de 1979, Jill Parenteau apareció muerta y desnuda en su apartamento: tenía la cara y la cabeza salvajemente golpeadas, hondas heridas vaginales y rectales, el pecho lleno de arañazos y marcas de estrangulamiento.
Corría la mañana del 20 de junio de 1979 en Huntington Beach cuando la niña Robin Samsoe de 12 años iba hacia su clase de ballet, pero no regresó y lo único que se localizó días después fue su cadáver mutilado y con evidencias de violación.
Entre 30 y 130 homicidios
Finalmente, el 24 de julio de 1979 Rodney fue arrestado en el apartamento de sus padres en Monterey Park. Su juicio fue largo, tortuoso y bastante atendido por los medios, hasta que la condena final fue la muerte por el asesinato de una niña y cuatro mujeres, sin embargo, su colección de más de 900 fotos y ciertas evidencias, han hecho pensar que pudo haber matado entre 30 y 130 mujeres.
Sus días están contados
A pesar de todas las complicaciones del juicio en su contra, las pruebas de ADN confirmaron la culpabilidad de Rodney James Alcalá en el secuestro, la violación y los asesinatos de Robin Samsoe, Jill Barcomb, Georgia Wixted, Charlotte Lamb y Jill Parenteau. La condena fue la pena de muerte, aunque actualmente Rodney permanece con vida en la prisión de San Quintin, pero sabiendo que sus días están contados
Edda Pujadas
Twitter: @epujadas