Control político: ahora en nuestras manos

 Si somos nosotros quienes a través del voto decidimos quien está y quien no en el poder, entonces tenemos poder sobre los políticos y sus decisiones y podemos, en cierta medida, influenciar sus conductas y asegurarnos de que cumplan con los DDHH y también los promuevan

¿Cómo controlar a quienes están en el poder? ¿Cómo asegurarse que cumplan con los Derechos Humanos (DDHH)? En la teoría, las leyes y los distintos poderes del Estado hacen contrapesos y se regulan entre sí. ¿Y si en la práctica no funciona?  En este caso, siempre y cuando se tengan elecciones, los ciudadanos  -organizados-  tenemos un poder del cual pocas veces nos damos cuenta.

Si somos nosotros quienes a través del voto decidimos quien está y quien no en el poder, entonces tenemos poder sobre los políticos y sus decisiones y podemos, en cierta medida, influenciar sus conductas y asegurarnos de que cumplan con los DDHH y también los promuevan. ¿Cómo se logra? Esta parte es quizá la más complicada ya que ningún ciudadano –normalmente- puede generar suficiente presión política por sí mismo como para representar una amenaza para la estancia en el poder, de los políticos. Por ello se requiere articulación efectiva entre los ciudadanos. En el pasado, articular a los ciudadanos alrededor de una causa y que tuviese la suficiente fuerza como para lograr sus objetivos solía implicar gran tiempo, dinero y esfuerzo que. Sin embargo, es una de las cosas que con las nuevas tecnologías de información han cambiado significativamente.

Misma voz, nuevos canales

Tanto para las víctimas de violaciones a los DDHH como para activistas y la ciudadanía en general, las nuevas tecnologías han revolucionado la manera en que nos comunicamos y articulamos. Pensemos por un momento en situaciones donde funcionarios del estado -o actuando en su nombre- impiden el desarrollo de elecciones de manera libre, realizan despidos por motivos políticos u obligan a funcionarios a participar en actividades políticas. Hace unos años podía llegar a ser muy complicado realizar estas denuncias ante los medios de comunicación de manera rápida, con evidencia en multimedia (algo que aumenta significativamente su impacto) e incluso pasar por el filtro de los medios.

Ahora la situación es completamente distinta y a través de plataformas tecnológicas las victimas pueden hacer públicas sus denuncias y sostenerlas con evidencia que las respalde. Las barreras para comunicarse han bajado y los ciudadanos tienen muchos más canales de comunicación a través de los cuales enterarse e incluso interactuar con las víctimas de las violaciones de DDHH. El poder sobre la información se ha diluido y hace que los políticos estén mucho más expuestos a la opinión pública y que no los salve siquiera la complicidad con los medios.

Sin embargo, la información por sí sola no se transforma en un mecanismo efectivo de presión y control sobre los políticos sino lo que hagamos los ciudadanos al respecto lo que puede generar cambios significativos.  A los políticos les interesa mantener una buena imagen con su electorado y siempre que exista ciudadanía que pueda condenar y utilizar tanto los medios tradicionales de protesta (marchas, escritos, etc.) como las nuevas tecnologías (redes sociales, blogs, etc.) para exigirles a sus políticos que rectifiquen, estos lo harán.

Como sociedad debemos aprovechar las nuevas tecnologías, para informarnos y comunicarnos que tenemos a la mano; y participar de manera activa en la denuncia de violaciones de derechos humanos, difusión de la información, debate público y también de exigirle a nuestra clase política rectificación cuando sea necesaria para garantizar el cumplimiento de nuestros derechos.

Complemento de los

partidos, no sustitución

La participación ciudadana si bien es basada en exigencias ciudadanas, muchas veces debe canalizarse por canales institucionales y políticos; como ciudadanos no debemos tener miedo o mirar con menosprecio estos canales, algo que hemos realizado en ocasiones. Es importante conocer que a pesar de las diferencias con partidos políticos tanto en posiciones de poder como aspirando al poder, son una base fundamental en cualquier democracia y que el debilitamiento de las democracias y los partidos siempre llevara a estilos autoritarios y/o represivos.

La propia Constitución venezolana prevé mecanismos de participación para la aprobación de las leyes, mecanismo que hemos utilizado poco y que pudiese generar cambios importantes, lo mismo que la contraloría social.

El reto venezolano

¿Cómo se logra garantizar el acceso a la educación y a la salud si no reciben suficientes fondos para hacerlo? A través de la participación de los ciudadanos y el debate público se pueden lograr cambios, de manera tal que mejoren las probabilidades de que los propios organismos del estado puedan garantizar mejor el acceso a educación y salud.

Si la sociedad civil tiene entre sus prioridades el respeto a los DDHH, puede generar suficiente presión sobre los políticos para que previo a cualquier elección se firme un acuerdo entre los candidatos para promover y hacer cumplir los DDHH desde el ámbito de sus competencias. En Venezuela se han logrado acuerdos públicos con anterioridad como lo fue entre los candidatos de Acción Democrática y COPEI en torno a la reforma del Estado, ¿por qué no se pudiese lograr un acuerdo que promueva y haga respetar los DDHH de esta manera?

Lo que dice la Constitución

**** Art. 62: “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica”.

**** Art. 70: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocatoria del mandato, la iniciativa legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vinculante, entre otros…”

Santiago Rosas

Twitter: @santirosas

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