Anaqueles vacíos, otros pocos pasillos repletos de un solo producto, desorden y pisos sucios. Por ociosidad conté los productos alimenticios en oferta en la amplia área de refrigeración, sin pescado ni carnes ni pollo
Dado que mi cédula de identidad termina en «0», el lunes 4 de mayo, me dispuse a hacer un mercadito en el Gran Abasto Bicentenario de la Plaza Venezuela. Llegué a las 9 am y luego de una breve cola de «viejitos», accedimos.
¡Sorpresa!
Anaqueles vacíos, otros pocos pasillos repletos de un solo producto, desorden y pisos sucios. Por ociosidad conté los productos alimenticios en oferta en la amplia área de refrigeración, sin pescado ni carnes ni pollo. Quesos blancos en abundancia, al igual que yogures y jugos de manzana y peras, que casi nadie llevaba porque valen lo mismo aquí que en la calle. Unos cuantos potes de cartón de leche líquida Cebú, que materialmente volaron hasta acabarse a las 10 am. La gente daba vueltas y preguntaba por productos de la dieta diaria inexistentes.
La gente frustrada, llevándose en la poca compra, dos buenas dosis de colesterol con margarina del grupo Polar y paquetes de granos y arroz ante un 50% de cajas en funcionamiento.
Hice cola para pagar en medio de un pasillo que del lado derecho tenía solo aceite de soya y del lado izquierdo repleto de latas de sardina importada a precio de Bs.64.
Solo compré un producto racionado para mis hijos, 1 kg. De leche en polvo por Bs 64.
Ah, la observación no paró allí.
En esta guerra económica contra el pueblo, el abasto Bicentenario oferta un aire acondicionado tipo Split con capacidad de 12.000 BTU marca CESIO por Bs. 65.850,00, evidentemente importado. Con este dato, consulté más tarde los precios de esos aparatos en la página norteamericana «Amazon». Allí ofertan 17 marcas distintas del mismo tipo de aparato, con precios que oscilan entre los 700 y 800 dólares americanos y descubro, lo que no quería descubrir!!
Tomamos un valor promedio: USD $750,00
Lo multiplicamos por la tasa cambiaria que debería estar ofertando el abasto Bicentenario de Bs.6,30 por cada dólar americano y no me cuadra, porque la matemática me da Bs.4.725,00.
Lo hice a una tasa de Bs. 12 por dólar y tampoco, me da Bs. 9.000,00
Lo hice entonces por SICAD II, tasa de Bs.50 y me da Bs. 37.500
La oferta de ese aparato de aire acondicionado coincide con un precio que aunque no es el del dólar negro, se encuentra dentro del rango de la tasa SIMADI y esto es grave, sumamente grave. Este súperabasto del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación, debe ser objeto de una auditoria por parte de INDEPABIS y aplicarle las sanciones previstas en la Ley de Precios Justos, porque de alguna manera están contribuyendo con la inflación.
Pero el mismo cuento ocurrió con una bicicleta, rin 20’’ para niños, marca Boggie, la vende el Bicentenario por Bs. 15.600 y en la página Amazon se ofertan desde los 60 hasta 100 dólares americanos. No debería pasar de Bs. 500, por respeto a los niños y niñas de la Patria ¿Qué pasa?
Una simple cafetera eléctrica importada de Brasil, no debería venderla aquí el gobierno a más de Bs 870,00…pero en el Bicentenario cuesta Bs.3.200 y de paso nadie la compra porque no se consigue café para que pueda funcionar.
Bajando las escaleras hacia la calle, apesadumbrado por esta lamentable realidad, me observaba la viva mirada y colorido de Chávez cuando inauguró este gran abasto, lleno de productos a disposición de todo aquel pueblo, que lleno de alegría lo abrazaba aquel 8 de agosto de 2012, hace poquito.
Por respeto a su memoria, quienes han destruido parte de su obra, deberían quitar esas fotografías.
Eso sí… No me rajo!! Carajo!!!
Vamos pa’lante contra la corrupción y la derecha apátrida!!
Feijoo Colomine | Aporrea.org