La tendencia del corset para obtener cintura… ¿Buena o mala para tu organismo?

Underwear, Corset

¿Perjudica nuestro organismo?

Una de las tendencias más controversiales de este año no tiene que ver con moda, ni con tacones; se trata del cuerpo de reloj de arena.

Formar la cintura se ha convertido en el truco mejor guardado de las celebridades para tener una cintura de 60 cm y lista durante la temporada de bikinis. Kim Kardashian y sus hermanas, Kourtney y Khloé, y hasta Lindsay Lohan son algunas de las famosas que han usado el método del corset para destacar (o exagerar) su diminuta cintura.

¿Pero realmente volver a usar esta prenda que data de unos siglos atras vale la pena? Teníamos que averiguarlo, por lo que consultamos con expertos en el área para saber si usar un corset funciona, o si es sólo un engaño visual (y nos lo hacen creer con selfies frente al espejo).  ¡Te sorprenderás con sus respuestas!

Pouya Shafipour, médico de Los Angeles cree que el entrenamiento de cintura tiene más que ver con sentirse segura de si misma que en realidad perder algo de grasa de la cintura.

“No se trata de resultados médicos.  Se trata de darte más confianza, te dan ganas de hacer más ejercicio” explicó.

Sin embargo, el Dr. Shafipour usa un dispositivo similar en los pacientes con obesidad.  “Para las personas que tienen sobrepeso, este corset les da fisicamente mayor movilidad.  Y psicologicamente te da un efecto efectivo, dándoles hasta una mejor postura.  Muchos de los beneficios incluyen el sentirse mejor, más delgado y más alto.  Les da más confianza de hacer las cosas que normalmente no harían”.

 

Algunas otras actrices han usado el corset para trabajar en vez de perder peso.  Una de ellas es la protagonista de Cenicienta, Lily James, quien tuvo que someterse a una dieta líquida mientras usaba la super ajustada prenda durante el rodaje de la película.

“Cuando me tocó usar el corset en la filmación, no nos deteníamos para almorzar, comíamos mientras ibamos haciendo mil cosas” le contó James a E! News en Marzo.  “En ese caso, no podía desatarmelo.  Así que si comías algo sólido no se digería adecuadamente y era una sensación desagradable en el estómago.  Así que cambié mis alimentos a sopas para poder comer sin que me cayera mal”.

 

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