Tan grave es la situación que ahora es común escuchar que fulano o el hijo de fulana, gente humilde y no rica, como lo describen quienes se debaten en una estúpida lucha de clases, se han ido del país o están por hacerlo
Dieciséis años han transcurrido del Gobierno Bolivariano. En este tiempo he podido ser testigo de cómo han cambiado las cosas en Venezuela. Para algunos, de manera negativa, pero para otros, positiva. En lo personal, mientras el tiempo pasa, considero que hoy, en comparación con dos décadas atrás, infortunadamente tenemos una peor Venezuela. Cosa que lamento mucho. El rollo político partidista ha arrastrado a una sociedad, que venía en crecimiento, a un profundo hoyo. Sí, en crecimiento porque por más que cuestionen la llamada 4ta República, en esos gobiernos el país pasó de una nación agrícola-rural a una industrializada. Con sus aciertos y desaciertos, claro. Pero cuando hoy analizo el presente con este criticado reciente pasado, hay muchas cosas que no ocurrían. En la actualidad, en Venezuela la juventud es asesinada en cualquier esquina, calle y hora, mientras que los profesionales que no han sido víctimas de las balas de la delincuencia, han abandonado el país. Entretanto, el gobierno se dedica a lo que mejor sabe hacer: montar show mediáticos y crear historias para distraer a la población, mientras los problemas se agravan cada vez más. Cada día que el Gobierno Bolivariano esté en el poder será más difícil revertir el daño que estos señores le han causado a la nación. Destruir es facilito, pero construir es difícil y necesita tiempo; tiempo que muchos no tendrán para ver cristalizado el sueño de vivir en una mejor Venezuela, como la merecemos. Unos, porque su edad es muy difícil que se lo permita y otros, porque buscan un camino distinto y se arriesgan a aventurarse en otras latitudes a hacer “cualquier cosa”, que les garantice estar mejor que en la patria grande; en la patria de Bolívar.
Algunos expertos califican la situación actual del país como “delicada”. Claro, la inflación, producto de las erróneas medidas económicas del gobierno, está causando impacto negativo en el bolsillo del pueblo. Además, la crisis por la destrucción del aparato productivo, en muchos casos por el mismo gobierno, lo que hoy llaman “guerra económica”, y la desbordada e incontrolada inseguridad, a lo largo y ancho del país, por sólo citar tres grandes ejemplos, son las principales preocupaciones de los venezolanos. Tan grave ha sido la situación que ahora es común escuchar que fulano o el hijo de fulana, gente humilde y no rica, como lo describen quienes se debaten en una estúpida lucha de clases, se han ido del país o están por hacerlo. Lo más grave es que quienes deciden irse son profesionales que mucha falta le hacen a una sociedad para fortalecer a una patria como la nuestra que hoy tristemente se despedaza.
Jean Carlos Rodríguez
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