Un nuevo terremoto de 7,3 grados sacudió ayer a Nepal, tan solo 16 días después del sismo de 7,8 grados que cobró la vida de más de 8.000 personas. El movimiento telúrico sorprendió a los nepalíes, que aunque habían percibido numerosas réplicas después del primero, no se esperaban otro sismo de alta magnitud.
«Con más de 200 réplicas (desde el sismo del 25 de abril), los expertos afirmaron que había escasas posibilidades de una réplica de esta magnitud», explicó el portavoz del Ministerio del Interior nepalí, Laxmi Prasad Dhakal.
Subrayó que la Fuerza Armada, la Policía Armada y la Policía nepalíes se lanzaron otra vez a las calles para reforzar las operaciones de rescate una vez producido el movimiento sísmic
El reciente sismo dejó al menos 57 muertos y alrededor de 1.129 heridos, gran parte de ellos en el distrito de Dolakha, al noroeste de Katmandú, de acuerdo con fuentes oficiales.
El Ministerio del Interior indicó que 34 de los muertos se registraron en esa circunscripción aledaña a Sindhupalchok, el distrito más golpeado por estos últimos movimientos telúricos. Estas cifras se suman a los 8.000 fallecidos y 17.800 heridos ya contabilizados del evento de abril.
«El terremoto terminó de volver toda la situación un desastre», comentó Ganesh Karmacharya, ingeniero del Departamento de Desarrollo Urbano y Construcción de Edificios de Katmandú. De acuerdo con el técnico, este nuevo terremoto debilitó aún más las estructuras de edificios altos y de viviendas normales, por lo que aún es incierto el resultado que pueda llegar a tener.
Al norte de la India hubo 17 fallecidos, 16 de ellos en Bihar, mientras que 39 personas resultaron heridas.