La Conmebol anticipó el sábado que Boca Juniors será sancionado con «severidad», tras recibir el descargo de ese club en una audiencia de emergencia sobre las agresiones contra jugadores de River Plate en un partido por los octavos de final de la Copa Libertadores.
«Tenemos que ajustarnos a las exigencias de FIFA. Habrá severidad en la sanción», dijo el secretario general de la Conmebol, José Luis Meiszner, en declaraciones al canal TN Deportivo, de Buenos Aires.
La sesión en la sede de la Conmebol, en las afueras de Asunción, comenzó con la presencia de solo tres de los cinco miembros de la comisión disciplinaria: su presidente brasileño Caio César Vieira Rocha, el vicepresidente uruguayo Adrián Leiza y el boliviano Alberto Lazada, dijo a la AP una persona con conocimiento de la junta que pidió no ser identificada por no estar autorizada a divulgar detalles al respecto.
El chileno Carlos Tapia y el colombiano Orlando Morales, los otros que completan la comisión, no consiguieron vuelos para llegar a tiempo a la capital paraguaya para la audiencia citada el viernes, dijo.
La persona indicó que Boca Juniors presentó su alegato, de más de 50 páginas, y señaló que la resolución del tribunal podría ser tan pronto como el mismo sábado por la tarde, o hasta el domingo por la mañana. Después, representantes de River presentaron sus argumentos.
Mientras, a las afueras del edificio, una veintena de hinchas de River entonaba cánticos.
El partido del jueves en el estadio La Bombonera fue suspendido antes que iniciase el segundo tiempo, después que jugadores de River fueron rociados con una sustancia irritante en el túnel inflable por el que entraban a la cancha. Además, los planteles estuvieron secuestrados en el terreno de juego durante unas dos horas, mientras hinchas violentos amedrentaban y lanzaban proyectiles desde las gradas contra los visitantes.
Boca pretende seguir jugando los 45 minutos que le restan al partido, que estaba 0-0, mientras River reclama que se le dé por ganado y se clasifique a los cuartos de final. Los «Millonarios» ganaron el primer encuentro de la serie 1-0.
Aparentemente, los futbolistas fueron víctimas de un hincha que, según se pudo ver en imágenes de televisión, rasgó el túnel inflable y los roció con el químico. La presencia de aficionados del equipo visitante está prohibida en los estadios argentinos.
Los cuartos de final de la Libertadores comienzan la próxima semana, aunque al anunciar el calendario de las series el viernes, la Conmebol no incluyó la que enfrentará a Cruzeiro de Brasil con el que salga de Boca y River.
La crudeza de las imágenes de los incidentes constituyó uno de los mayores escándalos en un duelo Boca-River, uno de los clásicos del fútbol mundial y que levanta pasiones en Argentina.
Después de las agresiones y de estar más de dos horas en la cancha, mientras todo era transmitido en directo por la televisión, los futbolistas de River salieron protegidos por un túnel de escudos de la policía y bajo una lluvia de botellas. Algunos jugadores de Boca, entre ellos el arquero Agustín Orión, saludaron a los barras bravas al irse a los camerinos.
«Me llena de angustia, de dolor, no sólo por la imagen del club sino por el fútbol argentino», dijo el viernes el presidente de Boca, Daniel Angelici, quien adelantó que el club se allanará a lo que decida la Conmebol en cuanto a sanción disciplinaria.
Cuatro jugadores de River afectados por el químico en el túnel quedaron en reposo por inflamación de la córnea y este sábado se presentaron al entrenamiento pero se fueron antes de tiempo para chequeos médicos. Ellos fueron Ramiro Funes Mori, Leonardo Ponzio, Matías Kranevitter y Gonzalo Martínez. Según el club «Millonario», algunos de sus futbolistas también sufrieron quemaduras.
Pero peor le fue a Sebastián Driussi, quien al principio no figuraba entre los más afectados. El delantero del seleccionado Sub20 de Argentina fue internado en un sanatorio de la capital argentina por dolores de cabeza y estomacales producto de lo que le arrojaron, dijo un parte médico de River.
El médico del club, Pedro Hansing, afirmó que le realizaron al jugador estudios de sangre que salieron bien y una tomografía, por lo que su estado en general dista de ser grave.
La Bombonera fue cerrada temporalmente el viernes por el fiscal general de la ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, mientras investiga las agresiones.
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