No solo con policías, jueces y cárceles se elimina el delito, es necesaria la prevención con el padrón de vecinos, sanidad mental e instrucción cívica
Cesáreo José Espinal Vásquez-cjev@cantv.net
Es alarmante la inseguridad en nuestro país. Las angustias de vecinos y de los que hemos sido víctimas del hampa, clamamos a gritos: “Socorro (S.O.S) sálvese quien pueda”, pero cómo socorrer y auxiliarnos, si estamos atrapados, secuestrados, hostigados, atracados, robados, muertos por bandas impulsadas por ausencia de fuentes de trabajo, por sanidad mental, falta de instrucción cívica e inexistencia del padrón de vecinos, por lo que padecemos de neurosis de terror. Quien siembra odio cosecha odio, por ello, las máximas autoridades públicas están obligadas sembrar amor, pero no el amor de promesas, sino el amor con abrazo fraterno. La gran misión de viviendas, es plausible en su propósito, pero esa misión no puede estar huérfana de amor, de trabajo y de espíritu de superación. El ser humano no quiere vivir enjaulado, aspira tener la propiedad de su vivienda, debe adquirirla para ser patrimonio hereditario legalmente, pero lo más importante, tener fuentes de trabajo para sus requerimientos de vida ¿de qué vale tener una vivienda, si se continúa siendo paupérrimo?. Debe destinarse viviendas dignas para los policías para su misma tranquilidad personal y de su familia, muchos han sido víctimas también del hampa desbordada. El gobierno debe crear y motivar inversiones privadas en fábricas, en el campo y en todos los órdenes de la economía, para que exista un verdadero incentivo de progreso, de lo contrario, somos “pedigüeños” con colas en abastos y farmacias, y ella, atenta contra el fundamental derecho humano, la calidad de vida. Las personas, no son objetos ni animales, reclamamos como principio innato la “motivación”. El gobierno no es empresario, porque sería “oligarca, burgués y capitalista. Ante toda esta situación anómala de viviendas en comodato, vemos que algunos adolescentes entre 15 y 20 años, que hace quince años eran niños, salen en búsqueda de medios de vida “non sancta”, que perjudican a la mayoría honesta. El Estado está obligado a garantizar la paz pública, pero la inseguridad ha llegado a su más alto índice, insostenible, cuando las morgues se hacen insuficientes en todo el territorio nacional. Es urgente, establecer el examen psicosocial desde los siete años de edad, fomentar la instrucción pública y la residencia de vecinos para mente sana, de respeto y espíritu de superación. El gobierno, debe ser un verdadero “páter familiae”, sin instigar el odio y el resentimiento, porque sobre cualquier doctrina política, sea socialista marxista o democracia capitalista, está el ser humano. que requiere y exige calidad de vida, porque estamos clamando a gritos: “Socorro (SOS)sálvese quien pueda”.