Los internos permanecían en los calabozos de la policía científica en el Tuy y en la mañana de ayer fueron evacuados, pero en horas de la tarde, regresaron a estas celdas, pues aún no se les había concedido el cupo en la recién inaugurada cárcel de San Juan de Los Morros
Cincuenta y dos reos que permanecían en calidad de depósito en los calabozos de las dos sedes del Cicpc, ubicadas en los Valles del Tuy, fueron trasladados, la mañana de este domingo, al Centro de Reclusión para Procesados Judiciales “26 de Julio”, ubicado en San Juan de Los Morros, estado Guárico, donde se regirían por las normas del “Nuevo Régimen Penitenciario”, sin embargo, en horas de la tarde, regresaron a estas celdas, toda vez que no se les permitió el ingreso al reclusorio, inaugurado el pasado 27 de febrero de este año.
Un transporte público de la línea Indepasib de Santa Teresa, y cinco patrullas de las Policías Municipales de Lander e Independencia, fueron dispuestos para llevar hasta la citada cárcel a los internos. La caravana era custodiada por efectivos de la Guardia Nacional y el Cicpc.
La medida obedecía al hacinamiento en que se encontraba esta población penal, que superaba el límite de capacidad de los calabozos, no obstante, una vez que los internos arribaron al reclusorio, situado en la capital del estado Guárico, les dijeron que el ingreso no había sido aprobado aún por el Ministerio de Asuntos Penitenciarios. “Al parecer, hubo una confusión”, dijo un funcionario del Cicpc a este medio, acotando que les prometieron una solución para esta misma semana.
Vale destacar, que las mujeres que se encuentran presas en el Cicpc habían ocupado las celdas desalojadas por los hombres. Durante este domingo, acondicionaron el espacio, pero en la tarde tuvieron que abandonarlo.
Sorpresa y llanto
Este domingo, como era habitual, numerosos parientes de los privados de libertad acudieron al Eje contra Homicidios en Santa Teresa y al Cicpc en Ocumare a llevarles comida a sus allegados, sin embargo, la visita estaba suspendida, debido a los traslados.
Madres y esposas llorando, otras desmayadas y rostros que reflejaban tristeza, fue el panorama observado momentos cuando las unidades se llevaban a los internos.
Rosaura Mejías, quien reside en Charallave y tiene su hijo preso por robo, reconoció que la estadía de su vástago en las celdas del Cicpc era un infierno. “Él quería que lo trasladaran porque dormía parado por el poco espacio, pero yo esperaba que lo llevaran al penal de Yare, que es más cerca, ahora para ir a San Juan se me hace más difícil”, dijo entre lágrimas, sin imaginar que en la tarde, su hijo estaría de nuevo en las celdas del Cicpc.
Huelgas y más protestas
En los calabozos de las sedes de las policías municipales del Tuy y del Iapem, se encuentran cientos de presos esperando por un cupo en una cárcel.
Muchas han sido las protestas de los privados de libertad. La más reciente fue el pasado viernes, cuando por tercera vez, en menos de 15 días, los detenidos que permanecen en los calabozos de la Policía Municipal de Urdaneta, ubicada en la parroquia Nueva Cúa, se declararon en huelga de hambre. En el lugar, hay 56 adultos y 2 menores. Algunos tienen dos años en esperando un cupo.
MIP-TUY Agencia
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