La economía venezolana, que lleva meses en franco proceso de descomposición, se encuentra a semanas de agotar totalmente sus inventarios de productos, un traumático fenómeno que podría producirse de golpe y que conduciría a una etapa de grandes cambios, dijo el reconocido economista Angel García Banchs.
García Banchs, quien estuvo entre los primeros en pronosticar años atrás el colapso del modelo petropopulista implementado por el chavismo, advirtió que el régimen de Nicolás Maduro enfrentará una muy difícil coyuntura una vez que se agoten los inventarios y tendrá que decidir entre abandonar el régimen de control de cambio y el de control de precios o emprender el peligroso camino hacia un totalitarismo mucho más restrictivo y represivo.
“Esta es una realidad económica que el gobierno no puede cambiar, que no ha logrado hacerse en ninguna parte del mundo, que es mantener de alguna manera artificial a la economía cuando los inventarios bajan por debajo de cero”, dijo García Banchs desde Caracas.
“Las políticas de control de cambio y de control de precios no podrán ser sostenidas por mucho tiempo más. Hasta ahora, se han mantenido por la existencia de inventarios. Pero cuando éstos terminen de agotarse, la caída del consumo va a ser espeluznante”, añadió García Banchs, director de de la firma Econométrica.
Y es solo cuestión de tiempo para que esto suceda. Los inventarios se han estado consumiendo a una velocidad mucho mayor de lo que las importaciones y la producción aún existente en el país están en capacidad de reponerlos.
García Banchs calcula que éstos podrían llegar a cero en algún momento en el tercer trimestre.
Cuando eso suceda, el país será empujado hacia una era de profundos cambios políticos y económicos, y los gobernantes de Venezuela tendrán que decidir entre implementar formalmente un régimen totalitario como el de Cuba o emprender la transición hacia la apertura, buscando ayuda del Fondo Monetario Internacional para desmantelar la camisa de fuerza impuesta sobre la economía por el chavismo, explicó.
Lo que no va a pasar es que Maduro siga ignorando la crisis, preservando los controles económicos y manejando la escasez mediáticamente con el cuento de la “guerra económica”.
“Esto va a dejar de ser el cuento de la rana que cocinaban lentamente, subiéndole la temperatura poco a poco sin que se diera cuenta”, señaló García Banchs.
“Eso se es lo que se ha venido produciendo, en los últimos 16 años. Pero lo que viene ahora, es que el consumo se va a desplomar. Y eso, no hay sociedad que lo resista sin que se produzcan procesos anárquicos, situaciones de caos, e incluso conflictivos de gran intensidad, que propician cambios políticos y económicos”, manifestó.
La desaparición de los inventarios significaría que millones de venezolanos simplemente no encontraría más allá de media docena de productos que comprar en los supermercados, situación que podría conducir abruptamente una crisis humanitaria en el país, reseña El Nuevo Herald.
Algo de eso ha comenzado a ser visto periódicamente en algunos puntos de Venezuela, aún con la existencia de inventarios, pero lo que ha de venir cuando éstos desaparezcan va a ser abrupto y traumático, dijo.
“Estamos hablando de un colapso de un solo golpe, cuando terminen de vaciarse los inventarios de las empresas, lo cual podría pasar de forma generalizada. Es decir, simultáneamente para un conjunto de rubros y de sectores […] Esa situación va a conducir a un proceso inflacionario descomunal, el mayor de toda nuestra historia monetaria”, manifestó.
“Cuando llegue a cero, el juego va a cambiar. Allí es que se podría estar realmente ante el umbral de un cambio político, cuya apariencia es difícil de pronosticar en este momento pero que va a ser inevitable. Va a ser justo el momento en que la economía se imponga por encima de la política por primera vez”, señaló.
El régimen, sin embargo, no parece estar preparándose adecuadamente para enfrentar ese momento, dijo.
Algunos piensan que el gobierno tratará de manejar la crisis a través de un sistema moderno de racionamiento.
Pero incluso los equipos para realizar el control biométrico para controlar electrónicamente las compras en los supermercados no están siendo instaurados con la debida rapidez para estar en funcionamiento a nivel nacional para cuando llegue el momento en que desaparezcan los productos.
Además, ese sistema de racionamiento no puede ser aplicado en Venezuela sin convertir al país en Corea del Norte, pasando primero por una situación de guerra civil, advirtió.
“Esa no es una situación donde yo vea a los actuales actores dispuestos a jugar. No creo que están dadas las condiciones para pasar a aplicar eso en Venezuela. No en estos tiempos, los totalitarismos que existen, Corea del Norte y Cuba, fueron creados en el Siglo XX bajo un contexto muy diferente”, opinó el economista.
El otro camino que le queda a Venezuela, que podría no ser liderado por los conductores del actual régimen, implica un proceso de recapitalización de las empresas y reacumulación de inventarios.
Y eso conllevaría buscar ayuda del FMI para desmantelar los controles que por años ha impuesto el chavismo.
“La única manera de que eso sea posible es liberando la camisa de fuerza que constituye los controles de cambio y los controles de precios. Y estos controles deben ser ajustados de forma tal de que la demanda caída por debajo de la oferta y sea real común en los inventarios”, manifestó.
Según estimaciones privadas, Venezuela podría necesitar más del $30,000 millones en préstamos para poder desmontar sin un exagerado costo social el control cambiario impuesto por el régimen bolivariano.
Información de El Nuevo Herald