El parque es un supervolcán tan enorme que ha desconcertado a los geofísicos durante décadas, pero ahora un grupo de investigación, a través del uso de tecnología sísmica para explorar sus profundidades, ha hecho un descubrimiento descomunal.
Las reservas de magma del Yellowstone son de magnitudes mayores a lo que se pensaba, según los científicos de la Universidad de Utah.
Debajo de las atracciones del parque nacional y los senderos hay suficiente roca caliente como para llenar casi 14 veces el Gran Cañón. La mayor parte está ubicada en una reserva de magma recién descubierta, la cual los científicos han presentado en un estudio que publicaron el jueves en la revista Science.
Esto puede ayudar a los científicos a entender mejor por qué las erupciones anteriores de Yellowstone, en tiempos prehistóricos, fueron algunas de las explosiones más grandes de la Tierra en los últimos millones de años.
Los científicos de Utah también crearon la primera imagen tridimensional de la estructura geotérmica debajo de Yellowstone, la cual comprende tres partes.
Fuego en el vientre de la Tierra
La fuente primordial de calor de Yellowstone llega de más o menos 645 a casi 2.900 kilómetros debajo de la superficie de la Tierra… y podría provenir de su núcleo líquido. Esta es responsable de alimentar el reservorio recién descubierto que se encuentra en la parte superior de la misma.
La cámara de magma, sobre la cual los científicos ya conocían, se encuentra sobre el reservorio… y obtiene el magma del mismo. Se encuentra de cinco a más de 14 kilómetros debajo de la superficie de la Tierra, y es lo que alimenta los géiseres, los charcos que echan vapor y otras atracciones calientes.
Solamente la cámara en sí, contiene un volumen que equivale a 2,5 veces el Gran Cañón.
Pero esas grandes extensiones de magma no significan que los dos huecos infernales puedan desbordar el Gran Cañón con roca fundida.
No existen nuevos peligros
La abrumadora mayoría de sus cavidades de magma contienen roca abrasadora –aunque sólida–, la cual es hueca, como esponja, y está llena de bolsas de roca líquida.
Además, el descubrimiento no significa que ahora haya más magma que antes, dicen los científicos. Además, no existen señales de una erupción inminente.
«El peligro real es el mismo, pero ahora tenemos una mejor comprensión del sistema magmático completo de la corteza», dijo el investigador Robert B. Smith.
Una erupción en los próximos miles de años es sumamente improbable, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). Los científicos de Utah colocan la posibilidad anual de 1 en 700.000… al igual que las posibilidades de que te caiga un rayo.
Las mayores explosiones del mundo
Pero cuando explote, probablemente cambiará el mundo.
En comparación con el pasado de Yellowstone, el monte Santa Elena era un día de campo, cuando en 1980, cubrió el estado de Washington con una capa de ceniza del tamaño del lago Michigan. El monte Pinatubo, el cual explotó en las Filipinas en 1991, ni siquiera rasca la superficie del rugido de Yellowstone.
Tampoco lo hizo el Krakatoa en 1883, el cual mató a miles de personas, y su explosión final, según consta, hizo que estallaran los tímpanos de las personas que se encontraban a más de 64 kilómetros de distancia.
Para comprender las consecuencias de las erupciones anteriores del Yellowstone, abre tus libros de historia y busca el año 1815, cuando el Monte Tambora expulsó en dirección al cielo muchos kilómetros cúbicos de escombros y mató cerca de 10.000 habitantes de Indonesia en un instante, según el informe de la revista Smithsonian.
Algunos climatólogos creen que el polvo que arrojó pudo haber bloqueado la luz del sol alrededor del mundo, y haber sido lo que provocara que el aire se enfriara y que el clima de la tierra bajara hasta una fase fría que diera como resultado que el año 1816 fuera «el año sin verano». En Europa y América del Norte, esto podría haber sido lo que dio como resultado la destrucción de las cosechas debido al frío glacial.
Peores magnitudes
El Tambora expulsó más de 150 kilómetros cúbicos de desechos hacia el cielo. Según el USGS, Yellowstone haría parecer ese acontecimiento al menos tres veces más pequeño.
Las explosiones han dejado profundas cicatrices y las personas que regularmente visitan el parque, a menudo se familiarizan con una de ellas… la caldera de Yellowstone, la cual abarca gran parte del parque y está rodeada por una cadena montañosa redondeada.
La caldera es un cráter volcánico de 64,4 kilómetros por 40,2 kilómetros de largo, que quedó formado cuando más de 1.000 kilómetros cúbicos de escombros provocaron la ruptura de la Tierra y fueron arrojados al aire durante una descarga volcánica que ocurrió hace aproximadamente 630.000 años, según dice la USGS.
La lava fluyó en la brecha y la llenó, lo cual explica por qué carece de un cráter más profundo.
Mucho tiempo antes de eso, hace 2 millones de años, la actividad volcánica arrojó más de 2.500 kilómetros cúbicos de escombros de Yellowstone al aire.
Estas fueron las dos erupciones más grandes de Norte América en unos cuantos millones de años, dice el USGS, y cada una de ellas enterró en cenizas más de la tercera parte de lo que ahora es la parte continental de Estados Unidos.
«Si ocurriera otra erupción que formara otra gran caldera en Yellowstone, sus efectos se sentirían en todo el mundo», dice el USGS. Esta definitivamente afectaría de manera drástica el clima del mundo.