El inicialista venezolano Miguel Cabrera tiene un solo cuadrangular en horas nocturnas (el 399, que conectó el viernes) esta temporada y batea para .158 con luz artificial
Miguel Cabrera, el mejor bateador del sistema solar en el tiempo presente, está pasando por un extraño caso de doble personalidad muy parecido al que describió el escritor escocés Robert Louis Stevenson en su histórica novela «El Extraño Caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde», de 1886.
En los primeros dos meses de la temporada del 2015, el gran inicialista venezolano de los Tigres de Detroit ha lucido como el futuro miembro del Salón de la Fama que conocemos cuando ha jugado de día, pero como un siniestro personaje desconocido cuando cae la noche en el estadio.
Más o menos lo que ocurría al personaje de Stevenson, que sufría de doble personalidad y era simultáneamente el afable doctor Henry Jekyll y el malvado Edward Hyde.
El jueves en la tarde, Cabrera bateó de 5-3 con dos jonrones y cinco carreras impulsadas en la paliza 13-1 de Detroit sobre Minnesota. En 18 partidos vespertinos, Miguel Jekyll batea .471 (68-32) con ocho jonrones y 25 carreras impulsadas, pero de noche, cuando Cabrera deja a Hyde tomar control de la situación, lo hace para .158 (57-9) sin extrabases y una carrera impulsada.
La excepción a la regla fue el viernes en la noche, que pegó de 5-3 ante los Cardenales de San Luis, con su jonrón 399, con su jonrón 399, anotó dos y remolcó dos.
Cabrera, un ganador de dos premios de Jugador Más Valioso de la Liga Americana y el único bateador con una Triple Corona en casi medio siglo, ha sido consistente en todos los escenarios a lo largo de su carrera de 13 años en Grandes Ligas. El maracayero batea .320 de por vida, .326 en casa, .315 como visitante, .328 de noche, .304 de día, .324 jugando en 1B, .332 en 3B, .364 como emergente, .331 como cuarto bate, .321 bateando de octavo, .328 en abril y .329 en julio.
Un verdadero modelo de consistencia que bateó jonrón ganador en extrainnings en su primer partido de Grandes Ligas a los 20 años de edad y que a los 32 está a dos vuelacercas de ser el primer venezolano de la historia con 400 bambinazos.
Esta temporada más que nunca la frase «Como va Cabrera, va Detroit» ha sido una contundente realidad. Los Tigres, que entraronn al fin de semana escoltando a Kansas City por un juego en la División Central de la Liga Americana, tienen récord de 14-4 de día y 7-10 de noche, 11-8 en casa y 10-6 en la ruta.
Cabrera batea .400 (60-24) con cinco jonrones y 15 remolques como visitante, pero .262 (65-17) con tres cuadrangulares y 11 empujadas en Comerica Park.
Contrario a la novela de Stevenson -donde el lado malvado termina dominando al bueno- Detroit espera que Cabrera sea más Jekyll y menos Hyde en las próximas dos semanas.
Los Tigres jugaron de noche en dos de sus tres partidos interligas del fin de semana contra los poderosos Cardenales de San Luis y en 12 de sus últimos 17 choques del mes de mayo.
Después de la lluvia
Miguel Cabrera conectó el jonrón 400 de su carrera en Grandes Ligas, aunque tuvo que esperar a que pase un receso por lluvia para que cuente.
Cabrera sacudió el bambinazo solitario en el primer inning del partido del sábado ante los Cardenales de San Luis, cn el cual superó a Andrés Galarraga (399) para convertirse en el venezolano con más cuadrangulares en la historia de las mayores.
El partido en el estadio Busch fue detenido en la parte baja del primer inning por la lluvia.
El décimo cuadrangular de la temporada para Cabrera fue contra Tyler Lyons, y fue su cuarto vuelacerca en tres días.
Además, es su cuadrangular número 262 con la camiseta de Detroit, para empatarlo con Willie Horton como el cuarto máximo jonronero del equipo.
El viernes, el dominicano Adrián Beltré, de los Rangers de Texas, alcanzó los 400 cuadrangulares.
Enrique Rojas
espndeportes.com